Reportaje:

Las frutas y los peces de Mariscal

El diseñador ultima la cúpula con alimentos típicos que se ubicará en el pabellón español de la Expo 2005 de Haichi

"Vengo del tebeo y del tebeo moriré", dice Javier Mariscal con un entusiasmo contagioso. De tebeo, en efecto, parecen las frutas, verduras, mariscos y peces que está últimando estos días para recubrir la cúpula de uno de los ámbitos del pabellón español de la Exposición Universal 2005 de Haichi, en Japón, que se celebrará del 25 de marzo al 25 de septiembre (www.expoaichi2005.com). Se trata del espacio titulado Paraísos cultivados, que explicará las últimas innovaciones tecnológicas en el sector agropecuario español, y la intervención escultórica de Mariscal quiere representar los puest...

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"Vengo del tebeo y del tebeo moriré", dice Javier Mariscal con un entusiasmo contagioso. De tebeo, en efecto, parecen las frutas, verduras, mariscos y peces que está últimando estos días para recubrir la cúpula de uno de los ámbitos del pabellón español de la Exposición Universal 2005 de Haichi, en Japón, que se celebrará del 25 de marzo al 25 de septiembre (www.expoaichi2005.com). Se trata del espacio titulado Paraísos cultivados, que explicará las últimas innovaciones tecnológicas en el sector agropecuario español, y la intervención escultórica de Mariscal quiere representar los puestos del mercado de forma lúdica y colorista. "Para mí, esta pieza es más un trabajo de diseño que de escultura", indica Mariscal, quien lleva varios años trabajando en el campo de la escultura pública y es conocida también su faceta de pintor en la que, indica, últimamente también hay una gran abundancia de peces y pájaros.

De hecho, Mariscal no para. A finales de año inaugura una gran escultura con forma de cactus en la Universidad Politécnica de Valencia; diseña, entre otros muchos productos, una colección de mobiliario infantil para la firma italiana Magis, y le llueven los proyectos de interiorismo, que realiza en colaboración con Fernando Salas. Ahora mismo está entusiasmado con el encargo para reformar el histórico Grand Hotel de Rímini, que glosara Fellini y en cuyo interiorismo piensa utilizar elementos escenográficos o literarios que aludan a los famosos personajes que le dieron renombre. En fin, que la lista es tan larga que resulta difícil entender cómo puede mantener este aspecto de disfrutar cada minuto de la vida como si todo fuera un juego.

"Lo cierto es que trabajo más en el campo del diseño que en el de arte", comenta. "Y esta pieza para la Expo la veo más de diseño porque tiene un presupuesto muy cerrado, un espacio al que te tienes que adaptar, un programa muy determinado y unos condicionantes que se parecen mucho a los que tienes cuando una empresa te encarga un producto. Pero la expresión es artística".

La cúpula, de grandes dimensiones, estará situada en el pabellón que ha diseñado el arquitecto Alejandro Zaera y uno de los retos de Mariscal a la hora de diseñarla era lograr un impacto visual potente que contrastara con el resto de los ambientes del conjunto. "Los elementos tenían que ser grandes y contundentes para que de un golpe de vista se apreciara que se habla de los elementos básicos de nuestra cocina", afirma. También reconoce que ha buscado darle un cierto aire "fallero" a la cúpula que reúne estas grandes caricaturas de alimentos realizadas con resinas ignífugas en el taller de escenografías Gecco de Montcada i Reixac (Barcelona). "Es como un flash, porque en este tipo de exposiciones te quedas poco rato, pero al mismo tiempo está llena de rincones y de historias por descubrir". Juega con ventaja porque conoce bien el público japonés -"lo he visitado unas cuarenta veces y he pensado que a ellos les va a funcionar"-, y también está acostumbrado a realizar trabajos para este tipo de grandes eventos. "Hoy te puedes cuestionar mucho una Exposición Universal que es algo que tenía su sentido en la época de la Torre Eiffel, pero bueno, ahora son una cuestión de relaciones públicas, y mejor que el Estado se gaste el dinero en esto que en el presupuesto de la guerra".

La directora general de la Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales, María Jesús Escribano, coincide en considerar que las expos son ahora una gran maquinaria de promoción de los países participantes, y también de sus economías. "La competencia entre los países es muy grande y lo que importa es el índice de recuerdo que cada uno puede conseguir", comentaba el pasado viernes durante la visita que realizó al taller en el que Mariscal ultimaba la cúpula escultórica antes de que el martes embarque hacia Japón. "España tiene un plan Asia muy importante y en la Expo de Haichi se prevé que haya unos dieciocho millones de visitantes, en su mayoría japoneses, pero también chinos y coreanos. Queremos potenciar la imagen de España haciendo uso de los tópicos que conocen, pero intentando presentarlos desde una visión más nueva y moderna. Y, además del intangible, también es una oportunidad para las empresas españolas, porque si tienes una buena imagen, vendes más y más caro". El diseño también sirve para esto.

Javier Mariscal, en el taller en el que ultima sus esculturas de alimentos.CARLES RIBAS
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