Editorial:

Carencias educativas

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), coincidiendo con el inicio del curso escolar, ha hecho público su informe anual sobre la educación en sus 27 países miembros. De los datos se deduce que España ha avanzado notablemente desde que se produjo la transición a la democracia, pero sigue adoleciendo de carencias importantes y, lo que es más inquietante, se ha producido un cierto estancamiento en los últimos años. El Gobierno central y las autonomías, a las que se han transferido las competencias educativas, deben dar un impulso a la educación en esta legislatura e ...

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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), coincidiendo con el inicio del curso escolar, ha hecho público su informe anual sobre la educación en sus 27 países miembros. De los datos se deduce que España ha avanzado notablemente desde que se produjo la transición a la democracia, pero sigue adoleciendo de carencias importantes y, lo que es más inquietante, se ha producido un cierto estancamiento en los últimos años. El Gobierno central y las autonomías, a las que se han transferido las competencias educativas, deben dar un impulso a la educación en esta legislatura e invertir la tendencia.

Llama la atención, en particular, la paradoja de que en nuestro país, con un porcentaje de la población con estudios universitarios similar al promedio de la OCDE, se esté muy lejos en el nivel de educación secundaria no obligatoria. Dicho contraste refleja la ausencia de arraigo en la población de los estudios de Bachillerato, al margen de su condición de escalón obligado para acceder a la Universidad, y de Formación Profesional, así como de su escasa relevancia social, un fenómeno conocido y analizado que tiene repercusiones sobre la propia organización del sistema educativo y sobre la formación para el empleo de nuestros recursos humanos. El esfuerzo en educación, medido en porcentaje del PIB, sigue siendo escaso en España, habiéndose registrado un retroceso en la última década, algo que exige una urgente y enérgica reacción.

El curso se inicia en España con la suspensión de algunas de las medidas más discutidas de la Ley de Calidad y con el compromiso de iniciar un proceso de debate para su reforma. Una de las novedades es el rápido aumento de alumnos inmigrantes, que alcanza al medio millón este año. Y no es tanto la cifra en sí lo significativo, sino la rapidez con que se ha llegado a ella. Una distribución equitativa de estos alumnos, que requieren de medios especiales de atención, es un deber de las administraciones públicas.

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