86 artistas vascos ceden sus obras para recabar fondos para el euskera

'Artea Oinez' partió de la donación de una escultura de Oteiza

El arte contemporáneo no vive de espaldas a la realidad, al menos, cuando se trata de comprometerse con el euskera. La prueba está en la casa de cultura Okendo de San Sebastián que presenta Artea Oinez, una exposición colectiva de 86 creadores vascos y navarros de distintas tendencias que han cedido sus obras para recabar fondos para la ikastola Lizarra, de Estella. Allí pueden verse piezas de Oteiza, Chillida, Balda o Amondarain.

"La estructura íntima del idioma es una poética (un estilo elaborado por el vasco) que lo produce y lo mantiene vivo. Si muere nuestro idioma, se está ...

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El arte contemporáneo no vive de espaldas a la realidad, al menos, cuando se trata de comprometerse con el euskera. La prueba está en la casa de cultura Okendo de San Sebastián que presenta Artea Oinez, una exposición colectiva de 86 creadores vascos y navarros de distintas tendencias que han cedido sus obras para recabar fondos para la ikastola Lizarra, de Estella. Allí pueden verse piezas de Oteiza, Chillida, Balda o Amondarain.

"La estructura íntima del idioma es una poética (un estilo elaborado por el vasco) que lo produce y lo mantiene vivo. Si muere nuestro idioma, se está borrando nuestro carácter (nuestra poética muere)". Esta frase lapidaria, pronunciada en una ocasión por el patriarca de la cultura vasca Jorge Oteiza y reproducida en el catálogo de la exposición, resume el espíritu que ha hecho posible Artea Oinez: el compromiso de 86 artistas que han decidido ceder sus obras a la ikastola Lizarra de Estella -encargada de organizar este año la fiesta anual de las ikastolas navarras- para apoyar así la promoción del euskera.

El primero en hacerlo fue precisamente Oteiza. Como recuerda Carlos Catalán, comisario de la muestra y albacea artístico del escultor oriotarra, poco antes de su muerte, el año pasado, "realizó un último gesto amoroso hacia" ese idioma y donó al centro su escultura en hierro Homenaje a Popova. Con el tiempo, otros creadores o sus familias -hasta un total de 85- siguieron sus pasos, respondiendo así a la iniciativa impulsada por Josu Reparaz, director del centro estellés.

Buena respuesta

"Tuvimos una respuesta excepcional por parte de los artistas", reconoció. "Enseguida se mostraron dispuestos a apoyar con su obras la enseñanza en euskera". En algunos casos parte y en otros, la totalidad de los beneficios que se obtengan de la venta de las obras -que cuestan entre 240 y 90.000 euros-, se destinará a mejorar las instalaciones del centro.

Esta solidaridad de los artistas con el euskera ha permitido organizar una exposición cuyo nexo de unión es precisamente su pluralidad. No sólo por la cantidad de obras y artistas -la mayoría de los 86 creadores está representado por una pieza-, sino también por la variedad de disciplinas y de lenguajes artísticos que allí se muestran. "Si hay algo que define esta exposición", subrayó Reparaz, "es precisamente la diversidad, como lo es en nuestra ikastola, donde hay gente de ideas muy diferentes que coinciden en algo: están a favor de la enseñanza en euskera".

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El director de la ikastola hace estas reflexiones en voz alta mientras recorre Artea Oinez, que ocupa tres salas de la casa de cultura Okendo. Allí se pueden ver la serigrafía en relieve La Pedrera-Leku (1997), de Eduardo Chillida; la escultura en bronce Elkar, de José Ramón Anda y una impresión digital de José Ramón Amondarain. Pero también el busto de un niño realizado en alambre, cuero y escayola por la artista navarra Dora Salazar, el óleo abstracto Harpe II, que ha cedido Juan Luis Goenaga y Contraluz, dibujo de carbón sobre papel de Néstor Basterretxea, además de fotografías, acuarelas y videoproyecciones. Y, como soportes, todo tipo de materiales.

La muestra es tan variada que en ella caben casi todas las corrientes artísticas del momento. Representa en esencia, según Catalán, "el arte vasco actual, sobre todo el de las nuevas generaciones que se han enfrentado a nuevos materiales y lenguajes". Y permite al espectador hacerse una idea "del prometedor futuro que tiene".

Artea Oinez llega a San Sebastián -donde permanecerá hasta el 11 de septiembre- precedida del éxito cosechado en Pamplona y Bilbao. La prueba más evidente es que los organizadores se han visto obligados a editar dos catálogos. ¿Por qué? nada más comenzar su periplo, se vendieron 37 piezas y los artistas tuvieron que ceder otras creaciones para que no quedara incompleta. En todo caso, algunas de las creaciones vendidas también pueden verse en San Sebastián. Sus propietarios han permitido que continuen su recorrido hasta el final. Será en octubre en Estella.

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