Las farmacias recogen en un año 1.370 toneladas de envases de medicamentos

Los ciudadanos depositaron el año pasado 1.371 toneladas de envases y de medicamentos que ya no iban a usar en los contenedores de Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases (Sigre) situados en las farmacias y otros establecimientos sanitarios, según datos del programa. La cifra supone un aumento del 51% con respecto al año anterior, el primero de funcionamiento del sistema.

El programa Sigre es una iniciativa sin ánimo de lucro diseñada e impulsada por la patronal de los laboratorios Farmaindustria y la colaboración del resto del sector: la distribución, agrupada en Fedifar, y ...

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Los ciudadanos depositaron el año pasado 1.371 toneladas de envases y de medicamentos que ya no iban a usar en los contenedores de Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases (Sigre) situados en las farmacias y otros establecimientos sanitarios, según datos del programa. La cifra supone un aumento del 51% con respecto al año anterior, el primero de funcionamiento del sistema.

El programa Sigre es una iniciativa sin ánimo de lucro diseñada e impulsada por la patronal de los laboratorios Farmaindustria y la colaboración del resto del sector: la distribución, agrupada en Fedifar, y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, en nombre de las oficinas de farmacia.

Los medicamentos son compuestos químicos que pueden ser muy contaminantes si se liberan en el medio ambiente. Además, los requisitos de embalaje hacen que se use gran cantidad de cartón, papel, plásticos y otros materiales de difícil degradación, como los blisters (estuches para el empaquetado individualizado de comprimidos con plástico y metales). Con el programa Sigre se pretende que estos productos no vayan a la basura, sino que se dirijan a plantas para su tratamiento.

Un 31% del total recogido ha podido ser reciclado, según datos de la organización (www.sigre.es). La mayoría era cartón y papel (el 80%). Con ello se ha evitado la tala de 4.000 árboles. La parte del resto que no produce emisiones contaminantes se ha quemado para producir energía.

Pero el sistema sirve también como indicador de la calidad de la prestación farmacéutica. Por ejemplo, un 32% de los envases recogidos estaban vacíos, frente al 11% del año anterior. Ello apunta a que hubo más pacientes que acabaron su tratamiento, y a que éste venía en presentaciones que coincidían con lo que los médicos les recetaban.

En el 73% de los casos además de la caja se recogió el prospecto del producto. Con ello se facilitó la destrucción de los restos de medicamentos, porque se daban datos de su composición.

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