Desde el Pacífico

Gobierno electrónico y modernización del Estado

ALENTADOS POR LA PRESIÓN internacional, obligados por la necesidad de acortar la brecha digital o por sus propias promesas electorales, muchos gobiernos realizan esfuerzos reales para implantar formas de gobierno electrónico. Contribuyen de esa manera a la deseable modernización del Estado, sin necesariamente promover la democratización. América Latina Puntogob, un libro de reciente publicación por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Chile (FLACSO) ofrece una excepcional "fotografía de los procesos de modernización de la gestión pública en América Latina, así como una reflexión...

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ALENTADOS POR LA PRESIÓN internacional, obligados por la necesidad de acortar la brecha digital o por sus propias promesas electorales, muchos gobiernos realizan esfuerzos reales para implantar formas de gobierno electrónico. Contribuyen de esa manera a la deseable modernización del Estado, sin necesariamente promover la democratización. América Latina Puntogob, un libro de reciente publicación por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Chile (FLACSO) ofrece una excepcional "fotografía de los procesos de modernización de la gestión pública en América Latina, así como una reflexión respecto a las transformaciones que el ejercicio de la política experimenta con Internet", escribe en su blog Rodrigo Araya, coordinador de este trabajo colectivo.

El libro América Latina Puntogob ofrece una fotografía de los procesos de modernización de la gestión pública en el continente
Ningún 'e-gobierno' tiene sentido si no va acompañado de políticas de "masificación del acceso" para "corregir las desigualdades"
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Para analizar el gobierno electrónico, Araya retoma la metáfora de la pantalla. Distingue lo que pasa a nivel de los usuarios (frente a ella), de los procesos (atrás) y de la interfaz, "la dimensión web del gobierno electrónico" a la que el público puede acceder. Sobre esta última, Araya invita a cuidar el diseño y la usabilidad de los sitios gubernamentales que siguen casi siempre una evolución clásica: empiezan brindando información, luego permiten cierta interactividad hasta que ofrecen servicios y, luego, transacciones. Más importante, tal vez, es lo que pasa atrás: "Si un ministerio toma la decisión de ofrecer un servicio público por medios digitales, debe antes que nada revisar sus procesos internos, puesto que cambian algunas funciones", explica Araya.

En América Latina, sin embargo, la cuestión de quiénes están frente a la pantalla es de suma importancia: apenas el 5% de la población tiene acceso a la Red (12% a nivel mundial según Internet World Stats).

Ninguna pretensión de gobierno electrónico tiene sentido si no va acompañada de políticas de "masificación del acceso" para "corregir las desigualdades existentes". Para ello, dice Araya, varios gobiernos estimulan las soluciones comunitarias, en particular los telecentros proveedores de equipo, conectividad y que facilitan la tan necesaria infoalfabetización.

Es el caso, por ejemplo de El Salvador donde, Rafael Ibarra, directivo fundador de la Asociación Infocentros, los telecentros locales, explica lo importante que ha sido "cristalizar y aprovechar la formación de capital social" preexistente (redes sociales, organizaciones, clubes). Los 41 infocentros han desarrollado su papel en el hecho de que el 9% de la población tiene acceso a Internet. Los servicios prestados les han permitido desarrollar nuevas relaciones, nuevas redes, nuevo capital social. Esto, según Ibarra, ha provocado que "algunas empresas, públicas y privadas, han considerado que existía la masa crítica para ofrecer sus servicios por Internet, así como estimular el uso de la Red".

Claudio Orrego Larraín, otro autor de América Latina Puntogob, aborda el gobierno electrónico como el uso de "Internet y las TIC para potenciar la modernización del Estado". Implica la voluntad de reducir la brecha digital y seguir competitivo, con la necesidad de responder a los reclamos de "transparencia" de ciudadanos y entidades internacionales proveedoras de ayuda y con la necesidad de ser más eficientes, de proveer auténticos servicios, más allá de la mera información.

"Los servicios en línea son preocupación central" del gobierno electrónico, explica Katherine Reilly, autora de un capítulo en el que compara varios países latinoamericanos (Brasil, Chile, Costa Rica, México y Venezuela). Dice, sin embargo, que insistir sobre los "servicios" electrónicos, de manera muchas veces vaga, puede llevar a considerar a quienes forman la población como "usuarios" o "clientes del Estado", más que como "ciudadanos". Una tendencia preocupante que lleva a preguntarse: ¿de qué vale una modernización del Estado sin democratización, sin modificación de sus relaciones con la sociedad civil? Continuará...

AMÉRICA LATINA PUNTOGOB: http://hasp.axesnet.com/contenido/documentos/America%20Latina%20Puntogob%20final.pdf FLACSO-CHILE: www.flacso.cl RODRIGO ARAYA: www.infoaragon.net/servicios/blogs/puntogov/index.php

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