El genio de Picasso deslumbra en su diálogo creativo con los artistas de su tiempo

La Fundación Marcelino Botín muestra la influencia del malagueño a través de 37 obras

"Tenemos el mal hábito de considerar al artista aislado, al genio en soledad, sin recordar que el arte es siempre una conversación", señaló ayer Pepe Karmel, comisario de la exposición La época de Picasso. Donaciones a los museos americanos, al resumir el espíritu de una muestra que desde hoy explorará "el diálogo creativo" entre el artista malagueño y los pintores a los que influyó y que influyeron en él. Treinta y siete obras, siete de ellas "picassos de primer nivel", compartirán las paredes de la sala de exposiciones de la Fundación Marcelino Botín, en Santander, hasta el 26 ...

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"Tenemos el mal hábito de considerar al artista aislado, al genio en soledad, sin recordar que el arte es siempre una conversación", señaló ayer Pepe Karmel, comisario de la exposición La época de Picasso. Donaciones a los museos americanos, al resumir el espíritu de una muestra que desde hoy explorará "el diálogo creativo" entre el artista malagueño y los pintores a los que influyó y que influyeron en él. Treinta y siete obras, siete de ellas "picassos de primer nivel", compartirán las paredes de la sala de exposiciones de la Fundación Marcelino Botín, en Santander, hasta el 26 de septiembre.

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Procedentes de 23 museos estadounidenses, a cuadros emblemáticos de Picasso, como el Desnudo femenino de 1910, se suman obras de Jackson Pollock, George Grosz, Joan Miró, Stuart Davis y Willem de Kooning, entre otros. La muestra, copatrocinada por la Fundación Memmo de Italia, viajará luego a Roma y es, además, un elocuente homenaje a los coleccionistas privados y su importancia en la formación de los museos de Estados Unidos, que surgieron no como "regalos del Estado a los ciudadanos, sino como regalos que la ciudadanía se hace a sí misma".

"¿Por qué Picasso?", le preguntaron ayer a Pepe Karmel, comisario de la muestra y profesor asociado del Departamento de Artes Plásticas de la Universidad de Nueva York. "Porque si Picasso no hubiera existido, la historia del arte habría sido totalmente diferente", contestó en una sala de exposiciones, que se inauguró el año pasado con una muestra de Dalí (calle Marcelino Sanz de Sautuola, 3; Santander).

Karmel apoya su afirmación no sólo en el carácter de "innovador de lenguajes formales", sino también en la capacidad del malagueño para influir sobre otros pintores, un fenómeno que describe como "la onda expansiva de un sismo" y compara a las influencias de "Leonardo o Miguel Ángel". Horas antes de la inauguración de la muestra, que será hoy, participaron también de la rueda de prensa Rafael Benjumea Cabeza de Vaca, director de la Fundación Marcelino Botín, y Paloma Botín, vocal del patronato de la fundación, quien destacó la colaboración de la veintena de instituciones que han hecho posible la exposición "en tiempos de extrema cautela de los museos para prestar sus fondos". La muestra es el fruto de dos años de "trabajo conjunto" y de una "magnífica coordinación", señaló Benjumea.

Todas las obras proceden de museos estadounidenses y no han sido adquiridas por los conservadores de estas instituciones, sino donadas por coleccionistas privados. Este criterio de selección muestra las diferencias entre los museos históricos europeos, nutridos tradicionalmente por donaciones de las casas reales, y los estadounidenses, surgidos a partir del siglo XIX y animados por la iniciativa privada.

El cuadro Cabeza de mujer, de Picasso, en la exposición La época de Picasso, abierta en Santander.JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE
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