Un acuerdo comercial afianza la relación de Marruecos y EE UU

La Unión Europea se muestra recelosa ante el nuevo tratado

El representante de EE UU para el comercio, Robert Zoellick, y el ministro adjunto marroquí de Asuntos Exteriores firman hoy en Washington el acuerdo de libre comercio entre ambos países. Su alcance rebasa con creces a la designación, hace diez días, de Marruecos como aliado privilegiado, no perteneciente a la OTAN, de EE UU. Esta decisión deja indiferentes a los europeos, a los que, en cambio, no entusiasma el tratado comecial.

El presidente George Bush nombró, el 3 de junio, a Rabat aliado predilecto en agradecimiento a su colaboración en la lucha antiterrorista y para resaltar la fig...

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El representante de EE UU para el comercio, Robert Zoellick, y el ministro adjunto marroquí de Asuntos Exteriores firman hoy en Washington el acuerdo de libre comercio entre ambos países. Su alcance rebasa con creces a la designación, hace diez días, de Marruecos como aliado privilegiado, no perteneciente a la OTAN, de EE UU. Esta decisión deja indiferentes a los europeos, a los que, en cambio, no entusiasma el tratado comecial.

El presidente George Bush nombró, el 3 de junio, a Rabat aliado predilecto en agradecimiento a su colaboración en la lucha antiterrorista y para resaltar la figura del rey Mohamed VI "dirigente visionario del mundo árabe".

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En Marruecos la noticia apenas fue destacada por los medios de comunicación estatales, conscientes del antiamericanismo de la opinión pública. Los ministros que la comentaron subrayaron el espaldarazo que suponía para el monarca pero se olvidaron del primer motivo que destacó la Casa Blanca: la ayuda antiterrorista.

En España responsables del Partido Popular y de Coalición Canaria manifestaron su preocupación por el fortalecimiento de la relación entre la superpotencia y un vecino que deben considerar una amenaza para la Península. El Gobierno español dijo, en cambio, que se alegraba.

La decisión de Bush con relación a Marruecos tiene, ante todo, un carácter simbólico como la tuvo en su día con los otros cuatro países árabes -Egipto, Jordania, Kuwait y Bahrein- a los que Washington otorgó antes ese honor, señalan fuentes diplomáticas.

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La iniciativa de Bush levanta las restricciones a la venta de determinadas armas sofisticadas norteamericanas y le permite participar en programas de investigación militar, pero Marruecos carece de medios para poder adquirirlas y no cuenta con científicos que puedan incorporarse a esos proyectos. "De ahí que, en el fondo, nos dé igual", afirma un diplomático español.

Más consecuencias prácticas tendrá, en cambio, el acuerdo de libre comercio entre EE UU y Marruecos -el segundo concluido por Washington con un país árabe- que será firmado hoy sin que por ello haya suscitado, cuando se cerró en marzo la negociación, la menor reacción de la clase política española.

El comercio de Marruecos con EE UU es tan escaso -19 veces inferior al que mantiene con la Unión Europea (UE)- por lo que el acuerdo carece de alcance económico. Para ambas partes tiene, sobre todo, un significado político.

"Envía un mensaje sonoro sobre el firme compromiso de EE UU a la hora de respaldar a las sociedades musulmanas tolerantes, abiertas y más prósperas", declaró Zoellick en marzo. "Al poner el énfasis en la transparencia y el Estado de derecho", añadió, consolidará las reformas emprendidas en Marruecos.

Criticado en Marruecos por el secretismo con el que condujo la negociación, Taieb Fassi-Fihri recalca que el acuerdo "confirma el apoyo a las opciones de apertura, tolerancia y democracia puestas en práctica por Su Majestad". Pone también de manifiesto el empeño marroquí por convertirse en alumno predilecto de EE UU.

Pese a sus escasas consecuencias económicas, la UE ha seguido de cerca la negociación preocupada porque hubiera alguna incompatibilidad entre lo pactado con EE UU y el propio tratado de libre comercio que suscribió con Marruecos en 1996.

EE UU considera el acuerdo con Marruecos como "una posibilidad para acceder al mercado europeo y al norteafricano", escribía, en enero, en un informe el eurodiputado popular Gerardo Galeote que encabezaba el grupo de relaciones con el Magreb en el anterior Parlamento Europeo.

Pero Galeote también se muestra inquieto ante las repercusiones sociales. "Para Marruecos esto significa que los productos agrícolas estadounidense llenarán el mercado, lo que podría traducirse en un deterioro de la situación social para la población rural", prosigue. "En Marruecos hay entre dos y tres millones de personas que trabajan en la agricultura y que se están desplazando a la ciudad, lo que está empeorando la ya de por sí tensa situación en el área metropolitana".

Taeib Fassi-Fihri.

Un socio menor

Estados Unidos es un socio comercial menor de Marruecos. Absorbió, en 2003, el 3% de sus exportaciones y le suministró el 4% de sus importaciones, según el Ministerio de Comercio marroquí.

El principal cliente y proveedor de Marruecos es la Unión Europea y dentro de ese conjunto Francia y España se sitúan en cabeza. A Francia van el 34% de las exportaciones marroquíes y el 18% a España. De Francia proceden el 21% de las importaciones marroquíes mientras que España ocupa un segundo lugar con el 12%.

Si al comercio legal hispano-marroquí se añadiese el contrabando, a través de Ceuta y Melilla, España superaría a Francia como principal proveedor de Marruecos.

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