Se subastan en París 17 dibujos de Juan Gris

Un muy notable conjunto de 17 dibujos de Juan Gris -nombre de artista de José Victoriano González (1887-1927)-, una de las grandes figuras del cubismo, fue subastado ayer noche en París. Las obras salieron a la venta por un montante total de entre los 450.000 y los 650.000 euros según estimaciones. A la hora del cierre de esta edición no se había iniciado todavía la subasta. La colección, que pertenece a los herederos del artista, sólo había sido mostrada en raras ocasiones.

Los dibujos correspondientes al periodo que va de 1909 a 1911 son todos retratos o naturalezas muertas. Como seña...

Un muy notable conjunto de 17 dibujos de Juan Gris -nombre de artista de José Victoriano González (1887-1927)-, una de las grandes figuras del cubismo, fue subastado ayer noche en París. Las obras salieron a la venta por un montante total de entre los 450.000 y los 650.000 euros según estimaciones. A la hora del cierre de esta edición no se había iniciado todavía la subasta. La colección, que pertenece a los herederos del artista, sólo había sido mostrada en raras ocasiones.

Los dibujos correspondientes al periodo que va de 1909 a 1911 son todos retratos o naturalezas muertas. Como señalara en su día Daniel-Henry Kahnweiler, marchante de Gris, todos los dibujos "existen por sí mismos", es decir, no son el borrador o bosquejo de algo que luego tendrá una plasmación definitiva, más cuidada, sobre tela. Cuando no se interesa por la figura humana, Gris trabaja objetos de la vida cotidiana, con una especial predilección por contraponer las formas curvas a las rectas, las superficies curvadas a las totalmente planas. De ahí la lucha por coexistir de mesas y cucharas, tazas y molinillos de café, vaporizadores y cortinas, que desemboca, ya en 1911 y tras asumir el paso dado por Picasso y Braque, en el cuestionamiento de la representación de la superficie de las cosas, en una primera naturaleza muerta cubista, un estilo "que no es una técnica sino un estado de ánimo". Gertrude Stein escribirá de Gris que "entró en cubismo como quien entra en religión".

Las obras de entre 1918 y 1926 muestran una mano que ha encontrado un estilo propio, que se siente muy segura tanto cuando trabaja por encargo como cuando lo hace al margen de cualquier imposición. Su retrato de Josette, su segunda compañera sentimental, fechado en 1918, es de una elegante sencillez, mientras que sus gouaches y tintas chinas, de ya entrados los años veinte, transmite una idea muy precisa de la composición y un gran dominio de medios.