Un grupo de investigación de Granada logra aislar y cultivar células madre de cordón umbilical

Un grupo de investigación de la Universidad de Granada dirigido por la profesora Antonia Aránega ha conseguido aislar y cultivar células madre de cordón umbilical, que podrían servir en un futuro para regenerar tejidos del corazón afectados por infartos.

El principal logro de los investigadores granadinos, según Aránega, ha sido separar estas células de otras diferentes que las acompañan para después seleccionar las de mayor plasticidad, es decir, las que tienen más posibilidades de inducir diferenciaciones en otros tejidos. Las investigaciones, desarrolladas dentro del proyecto europeo...

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Un grupo de investigación de la Universidad de Granada dirigido por la profesora Antonia Aránega ha conseguido aislar y cultivar células madre de cordón umbilical, que podrían servir en un futuro para regenerar tejidos del corazón afectados por infartos.

El principal logro de los investigadores granadinos, según Aránega, ha sido separar estas células de otras diferentes que las acompañan para después seleccionar las de mayor plasticidad, es decir, las que tienen más posibilidades de inducir diferenciaciones en otros tejidos. Las investigaciones, desarrolladas dentro del proyecto europeo Muska, presentado el 14 de noviembre, continuarán con la "optimización de las condiciones de cultivo" de las células aisladas, explicó la investigadora granadina.

El próximo reto será probar dos métodos para la obtención de células musculares. El primero será el cocultivo de las células madre con miocardiocitos (células musculares del corazón). En el segundo, la trasferencia nuclear, el núcleo de las cardiacas se insertará en las células madre. Con ambos tratará de observarse cómo las umbilicales se convierten en cardiacas.

Las células madre pueden ser embrionarias (las más potentes), de cordón umbilical y adultas. Los investigadores granadinos optaron por las segundas debido a las dificultades que el Gobierno puso para trabajar con las embrionarias. Para el proyecto, en el que partició el hospital Materno Infantil de Granada, se pidió consentimiento a parturientas, que cedieron sangre del cordón antes de expulsar la placenta. Según Aránega, el 90% de las madres aceptaron.

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