El tráfico ferroviario desciende un 30% al día siguiente de los atentados

Muchos ciudadanos optaron por el coche y los accesos a la capital se colapsaron

El número de usuarios de los trenes de cercanías descendió ayer un 30% con respecto a una jornada normal. Unos 300.000 viajeros del casi millón que diariamente se sube a un convoy de Renfe se quedaron ayer en casa, tomaron un autobús o cogieron su vehículo particular. Este aumento de la circulación viaria repercutió negativamente en el tráfico en la ciudad, que registró atascos en casi todas las carreteras de entrada. A primeras horas de la mañana, a causa del colapso, el tránsito en el interior de la capital había descendido algo más del 5% en comparación con el viernes de la semana anterior....

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El número de usuarios de los trenes de cercanías descendió ayer un 30% con respecto a una jornada normal. Unos 300.000 viajeros del casi millón que diariamente se sube a un convoy de Renfe se quedaron ayer en casa, tomaron un autobús o cogieron su vehículo particular. Este aumento de la circulación viaria repercutió negativamente en el tráfico en la ciudad, que registró atascos en casi todas las carreteras de entrada. A primeras horas de la mañana, a causa del colapso, el tránsito en el interior de la capital había descendido algo más del 5% en comparación con el viernes de la semana anterior.

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El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, informó a primera hora de ayer de que el uso de los cercanías de Renfe en Madrid había sido un 30% inferior al de una jornada normal. Durante la mañana funcionaron todas las líneas, salvo el enlace entre Vicálvaro y Atocha y de esta estación a Nuevos Ministerios.

Álvarez-Cascos acudió a la estación de Atocha sobre las 7.00, acompañado por el presidente de Renfe, Miguel Corsini, para comprobar el funcionamiento de las líneas y como "símbolo de apoyo a la normalización del servicio ferroviario". El ministro aseguró que el 80% de la red de cercanías funcionó en horario y frecuencia normales.Pero el descenso en el número de viajeros del servicio de cercanías repercutió negativamente en el tráfico, porque muchos usuarios habituales del transporte público prefirieron coger esta vez su coche privado. Las carreteras de acceso a la ciudad se colapsaron desde primera hora y las retenciones fueron muy frecuentes durante toda la mañana. A las 10.00 se registraban más de 54 kilómetros de atasco en la entrada a Madrid. Esto llevó a que el número de coches por las calles de la capital bajase un 5% y el nivel de saturación se redujese un 9%, según los datos del Ayuntamiento.

La A-2, que cruza el Corredor del Henares, área de donde procedían muchos de los afectados por las explosiones, fue la más colapsada: hasta 31 kilómetros. Según Tráfico, otras vías, como la A-42 (Madrid-Toledo), la A-5 (Madrid-Extremadura) o la A-6 (Madrid-A Coruña) también tuvieron más circulación. Por ello, Tráfico permitió circular por el Bus-VAO a todo tipo de vehículos.

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