Marrodán acusa al Ayuntamiento de Vitoria de desentenderse de su escultura

El escultor Imanol Marrodán (Bilbao, 1964) está dispuesto a retirar la instalación de luz que corona su obra La inocencia. Lo inesperado si el Ayuntamiento de Vitoria no acaba de pagar la deuda que mantiene con él, que suma 40.000 euros. Marrodán critica además que el consistorio ha abandonado el mantenimiento de la obra, uno de los símbolos del nuevo barrio de Lakua.

El conflicto que mantiene el autor bilbaíno, residente en Vitoria desde hace años, con el Ayuntamiento se remonta casi al momento en que ganó el concurso de escultura para la plaza Euskaltzaindia, frente a la sede d...

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El escultor Imanol Marrodán (Bilbao, 1964) está dispuesto a retirar la instalación de luz que corona su obra La inocencia. Lo inesperado si el Ayuntamiento de Vitoria no acaba de pagar la deuda que mantiene con él, que suma 40.000 euros. Marrodán critica además que el consistorio ha abandonado el mantenimiento de la obra, uno de los símbolos del nuevo barrio de Lakua.

El conflicto que mantiene el autor bilbaíno, residente en Vitoria desde hace años, con el Ayuntamiento se remonta casi al momento en que ganó el concurso de escultura para la plaza Euskaltzaindia, frente a la sede del Gobierno vasco. Fue en 1999 cuando la Junta de Compensación del nuevo barrio desveló el resultado de una votación popular que concedía el primer premio a La inocencia, lo inesperado, una obra de 20 metros de altura de acero inoxidable que asciende en un apunte de espiral y termina en una bola luminosa que lanza cientos de finos chorros de agua.

40.000 euros de deuda

Pero la alegría del premio duró bien poco. Retrasos en la construcción, tardanza en los pagos y, sobre todo, desentendimiento de la Administración: la Junta de Compensación, presidida por el concejal de Urbanismo, Jorge Ibarrondo, le pasaba la responsabilidad al consistorio, del que propio Ibarrondo forma parte. Hasta llegar a este mes con una deuda de unos 40.000 euros con el artista y la obra inacabada.

Marrodán resumía ayer así su estado de ánimo: "Exijo que mi obra funcione tal y como se diseñó y que se respete mi integridad como profesional". Para conseguirlo, cuenta con el apoyo de la Fundación Arte y Derecho, entidad creada para velar por los derechos de los artistas visuales, que el 29 de septiembre remitió una carta de queja a Ibarrondo. Ni la misiva ni los requerimientos notariales del propio escultor han tenido respuesta. "Ni siquiera me responde el Ayuntamiento o la Junta de Compensación a través de su representante legal, Emilio Guevara; es un trato indignante, y me van a obligar a retirar la instalación luminosa", planteó como ultimátum.

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