El crecimiento sanitario choca con los límites económicos

Cubrir todas las prestaciones sanitarias de manera gratuita para todos los ciudadanos es, hoy por hoy, una utopía. Al menos, así lo han considerado los responsables sanitarios vascos a lo largo de los últimos años.

En su etapa como consejero, Iñaki Azkuna se congratuló de que el sistema hubiese alcanzado un equilibrio razonable entre lo que los ciudadanos necesitan, los recursos disponibles y los que el Gobierno se puede permitir. "Ningún país admite el todo para todos", puntualizaba entonces el actual alcalde de Bilbao.

Su sucesor, Gabriel Inclán, también es plenamente conscient...

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Cubrir todas las prestaciones sanitarias de manera gratuita para todos los ciudadanos es, hoy por hoy, una utopía. Al menos, así lo han considerado los responsables sanitarios vascos a lo largo de los últimos años.

En su etapa como consejero, Iñaki Azkuna se congratuló de que el sistema hubiese alcanzado un equilibrio razonable entre lo que los ciudadanos necesitan, los recursos disponibles y los que el Gobierno se puede permitir. "Ningún país admite el todo para todos", puntualizaba entonces el actual alcalde de Bilbao.

Su sucesor, Gabriel Inclán, también es plenamente consciente del reto al que se enfrenta. "Lo que se plantea ahora", asegura el consejero de Sanidad, "es cómo conseguir que nuestro actual sistema sanitario persista y mejore en el futuro manteniendo sus características de universalidad, equidad, calidad y eficiencia en un marco donde diversos factores empujan a un crecimiento sanitario que debe conjugarse con las inevitables limitaciones que marcan las posibilidades económicas del país".

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Entre esos factores que causan la imparable demanda de los servicios sanitarios figura el envejecimiento poblacional (los vascos tienen una de las mayores esperanzas de vida del mundo), el desarrollo de la tecnología, la cada vez mayor carestía de las medicinas, la presión científica y los cambios en los patrones epidemiológicos.

La introducción del polémico copago de algunos servicios catalogados como no básicos no ha permanecido ajena al debate sobre los límites económicos de la sanidad. Los sindicatos han percibido esta posibilidad como el establecimiento de una sanidad para ricos y otra para pobres.

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