ELECCIONES 16-N

CiU convierte la inmigración en el asunto central de su precampaña

Pujol anima a las familias a que procreen para evitar que "Cataluña sea un país acabado"

Las prometidas ayudas económicas al fomento de la natalidad han servido a Convergència i Unió (CiU) para introducir en la precampaña electoral el tan espinoso y controvertido asunto de la inmigración, que el resto de formaciones políticas intentaba esquivar. Ayer fue Jordi Pujol quien insistió en alertar de los peligros que comportaría "dejar en manos de la inmigración la resolución de los problemas". Para evitar que Cataluña se convierta en un país "acabado", Pujol animó a las familias catalanas a que procreen.

El pasado lunes, los dirigentes de CiU Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleid...

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Las prometidas ayudas económicas al fomento de la natalidad han servido a Convergència i Unió (CiU) para introducir en la precampaña electoral el tan espinoso y controvertido asunto de la inmigración, que el resto de formaciones políticas intentaba esquivar. Ayer fue Jordi Pujol quien insistió en alertar de los peligros que comportaría "dejar en manos de la inmigración la resolución de los problemas". Para evitar que Cataluña se convierta en un país "acabado", Pujol animó a las familias catalanas a que procreen.

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El pasado lunes, los dirigentes de CiU Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida justificaron expresamente sus ayudas a la natalidad para evitar la "desnaturalización" de Cataluña ante la llegada masiva de inmigrantes y advirtieron de que el crecimiento demográfico no puede depender de la inmigración. De lo contrario, señalaron, Cataluña puede llegar a ser un país "decadente y condenado a la extinción".

Las apelaciones de Mas y Duran Lleida causaron cierta indignación entre el resto de formaciones políticas, que criticaron su carácter "etnicista" y las presentaron como prueba del "nacionalismo étnico y excluyente" que defiende CiU. De un plumazo, un asunto que despierta tanto consenso entre los partidos como el fomento de la natalidad se ha mezclado con otro sumamente delicado como es la consideración que se debe dar a la inmigración.

En una entrevista en la emisora Catalunya Ràdio, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, lejos de zanjar el debate insistió de nuevo ayer en mezclar ambos asuntos: "Decir que vengan inmigrantes porque nosotros solos no somos capaces de resolver nuestra economía, las pensiones y la natalidad es propio de un país acabado". Abogó por fomentar las políticas de integración y acogida al tiempo que Cataluña "siga siendo un país, no un revoltijo, una cosa que no cuaja". "Somos el mismo país y es lógico que queramos seguir siéndolo", añadió Pujol en sintonía con lo afirmado el lunes por Mas y Duran Lleida.

El presidente catalán apuntó que todos los gobiernos europeos, de derechas o izquierdas, crean las condiciones para que los inmigrantes puedan tener hijos, pero también alertan, agregó, de que la solución a los problemas no debe llegar exclusivamente de la inmigración.

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Pujol calificó de "erráticas" las críticas de la oposición y el PP a las tesis demográficas de CiU y puso como ejemplo al presidenciable socialista Pasqual Maragall por sus denuncias sobre la "pureza de sangre". Maragall, manifestó el presidente, "ha pasado de defender los papeles para todos a decir más tarde que no quiere que entren más inmigrantes en los barrios de la emigración española que llegó a Cataluña en los años sesenta". "Esto sí sería pureza de sangre", sentenció Pujol.

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