El Reino Unido rechaza la figura del ministro de Exteriores de la UE

Cinco países dan su apoyo a Londres

Reino Unido, Dinamarca, República Checa, Polonia, Letonia y Eslovaquia rechazan que en la UE se cree la figura del ministro europeo de Asuntos Exteriores como propone el proyecto de Constitución europea elaborado por la Convención. Londres no quiere que en ningún caso se le llame ministro, y se opone, en este caso con el apoyo de Irlanda, Suecia y Eslovaquia, a que presida el Consejo de Ministros de Exteriores.

Esos países dejaron clara el lunes en Luxemburgo su pretensión de rebajar las competencias de esa figura, una de las mayores novedades del proyecto. Jack Straw, el ministro britá...

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Reino Unido, Dinamarca, República Checa, Polonia, Letonia y Eslovaquia rechazan que en la UE se cree la figura del ministro europeo de Asuntos Exteriores como propone el proyecto de Constitución europea elaborado por la Convención. Londres no quiere que en ningún caso se le llame ministro, y se opone, en este caso con el apoyo de Irlanda, Suecia y Eslovaquia, a que presida el Consejo de Ministros de Exteriores.

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Esos países dejaron clara el lunes en Luxemburgo su pretensión de rebajar las competencias de esa figura, una de las mayores novedades del proyecto. Jack Straw, el ministro británico que participó en Luxemburgo en la reunión ministerial de la Conferencia Intergubernamental (CIG) que debe pactar la Constitución, aseguró que el proyecto resulta "legalmente confuso" al referirse al ministro, sobre todo por su doble adscripción al Consejo de la UE y a la Comisión, donde sería vicepresidente. España, Dinamarca y Suecia también reclamaron aclaraciones legales. Straw defendió que, en lugar de "ministro", se llame "representante para las Relaciones Exteriores".

Los eurodiputados Íñigo Méndez de Vigo (español del PP) y Klaus Hänsch (socialista alemán), ambos representantes de la Eurocámara en la CIG, se mostraron ayer "muy preocupados" por las rebajas al proyecto que plantean los Gobiernos. Por otra parte, la fórmula sobre el futuro reparto de poder en la Unión que ahora se plantea España -las decisiones en el Consejo necesitarían el apoyo de países que representen dos tercios de la población de la UE, y no tres quintos, como dice el proyecto de Constitución- fue la primera opción que el 23 de abril presentó en el Presídium de la Convención su presidente, Valéry Giscard D'Estaing. Se rechazó su fórmula y fue el portugués António Vitorino quien expuso el sistema de tres quintos finalmente aceptado por Giscard.

Méndez de Vigo dijo ayer que, aunque España no ha presentado alternativa, la fórmula que analiza puede ser "una posible solución". "Estamos dispuestos a ayudar para alcanzar un acuerdo si los cambios son coherentes con la globalidad del proyecto de la Convención", señaló. Fuentes oficiales españolas añadieron que, "en estos momentos", España rechaza que exista una relación directa entre la demografía y el peso de cada país en el Consejo. José Borrell, Carlos Carnero y Diego López Garrido, los tres del PSOE que participaron en la Convención, se congratularon de que España "rectifique", porque "tiene que recomponer sus alianzas y llegar a acuerdos con Alemania y Francia si quiere un resultado positivo". Para los tres, ese acuerdo debe incluir que España recupere 7 de los 14 escaños en la Eurocámara que perdió con el Tratado de Niza (hoy tiene 64 y Niza los dejó en 50).

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