Tribuna:EDUCACIÓN DE ADULTOS

No hay dinero (para la universidad popular)

Por lo leído estos días en la prensa, el concejal de Educación en el Ayuntamiento de Valencia ha anunciado como un hecho decidido la disminución del pequeño presupuesto destinado a la Universitat Popular, asumiendo que ello dejará sin trabajo a muchos profesores y a bastantes más alumnos. Según dice, no hay dinero, aunque, como denuncian los profesores y alumnos de la Universitat Popular parece que el dinero que hace falta es poco y ha existido hasta ahora. Digamos las cosas como son: lo que falla aquí es la voluntad política; dinero habría si hubiera respeto y sensibilidad hacía el programa e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Por lo leído estos días en la prensa, el concejal de Educación en el Ayuntamiento de Valencia ha anunciado como un hecho decidido la disminución del pequeño presupuesto destinado a la Universitat Popular, asumiendo que ello dejará sin trabajo a muchos profesores y a bastantes más alumnos. Según dice, no hay dinero, aunque, como denuncian los profesores y alumnos de la Universitat Popular parece que el dinero que hace falta es poco y ha existido hasta ahora. Digamos las cosas como son: lo que falla aquí es la voluntad política; dinero habría si hubiera respeto y sensibilidad hacía el programa educativo que ahora se pretende disminuir. Lo grave del caso —que no lo sorprendente— es que la voluntad del Partido Popular falle precisamente ante un proyecto que es popular por las gentes a las que se dirige y por los objetivos que se plantea, el ofrecer una oportunidad —educativa— a las personas que no la tuvieron en su día, y que, en su mayoría, son mujeres. Personas provenientes de las clases populares que, en muchos casos, por las razones que todos conocemos, apenas pisaron una escuela y mucho menos un recinto universitario. Nadie que haya visto a estas personas en clase, ávidas de saber, felices por el esfuerzo y los resultados, osaría negarles los derechos que no se les dieron cuando eran jóvenes.

Nadie que les haya visto en clase osaría negarles los derechos que no se les dieron de jóvenes

Quizás nuestro concejal de Educación no haya tenido nunca esta experiencia. Quizás no valora como debe el esfuerzo de unos profesores que, sin duda, trabajan por poco dinero y en situaciones más bien precarias, como se demuestra por el hecho de que ahora puedan quedar en la calle. Como profesora universitaria he tenido la oportunidad —y la satisfacción— de proyectar mi docencia, más allá de mi recinto habitual, a un alumnado semejante al que acude a las universidades populares y le aseguro que las mujeres que yo conocí no merecen el poco aprecio que usted les demuestran.

Como ciudadana, lamento profundamente la deriva de nuestro consistorio que gasta más de lo que muchos ciudadanos quisiéramos cuando les conviene, mientras recorta miserablemente en los asuntos que a muchos nos parecen fundamentales y prioritarios, como es el caso de la educación o los asuntos sociales. Para esto, digan lo que digan desde sus lugares de gobierno, cada día muestran ustedes menos sensibilidad: ¡señor Concejal, señora Alcaldesa, recapaciten!

Mientras tanto, sería bueno que los ciudadanos, además de denunciar, echáramos una mano para mantener en pie lo que la insensibilidad de algunos políticos desatienden. Cuenten conmigo para dar clases gratis, si es necesario, para no defraudar las demandas de los usuarios de la Universitat Popular.

Estoy segura que otros profesores estarían dispuestos a hacer lo mismo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Isabel Morant Deus es profesora de Historia en la Universitat de València.

Archivado En