OPINION DEL LECTOR

Al personal de la Jiménez Díaz

El pasado día 18 de julio ingresaba nuestro padre, Vicente Ayuso Anaut, en la sexta planta del hospital Nuestra Señora de la Concepción, con lo que pronto pensamos que era la recta final de su enfermedad de Alzheimer. Tras un brevísimo intervalo de cuatro días que pasó en casa, permaneció en ese hospital hasta su fallecimiento, el 22 de agosto (festividad de santa María Reina).

Este largo y caluroso mes ha sido bueno para todos; hemos seguido creciendo con él. Ahora descansa en la paz que deseó toda su vida.

Por el hospital hemos pasado sus nueve hijos y su esposa y sus nietos, y...

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El pasado día 18 de julio ingresaba nuestro padre, Vicente Ayuso Anaut, en la sexta planta del hospital Nuestra Señora de la Concepción, con lo que pronto pensamos que era la recta final de su enfermedad de Alzheimer. Tras un brevísimo intervalo de cuatro días que pasó en casa, permaneció en ese hospital hasta su fallecimiento, el 22 de agosto (festividad de santa María Reina).

Este largo y caluroso mes ha sido bueno para todos; hemos seguido creciendo con él. Ahora descansa en la paz que deseó toda su vida.

Por el hospital hemos pasado sus nueve hijos y su esposa y sus nietos, y no podemos dejar de agradecer al personal que nos ha atendido su delicadeza, paciencia, profesionalidad y atención que nos han brindado. Estamos realmente conmovidos y agradecidos por ello. Recordamos que él siempre nos decía: "Hay mucho más bueno que malo, lo que pasa es que el bien no hace ruido, es discreto...".

La calidad humana de todos y cada uno de los doctores que le han atendido, las enfermeras (cuántos pinchazos, vías, sondas, puestos con el mayor de los cuidados para que no lo pasara mal) y los auxiliares (que tan importantes han sido en el contacto directo con él) no se improvisa, se ve que están habituados a trabajar así. A todos: muchas gracias, y que Dios les bendiga.

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