LA POSGUERRA DE IRAK | La investigación en el Reino Unido

El jefe de prensa de Blair niega toda responsabilidad en el informe sobre Irak

Campbell acusa a los servicios secretos de destacar que Sadam era una amenaza inminente

Alastair Campbell, director de comunicación y estrategia de Tony Blair, negó ayer cualquier responsabilidad en el contenido del informe del 24 de septiembre de 2002 sobre armas de destrucción masiva de Irak. En su declaración ante el juez Brian Hutton, Campbell rechazó la acusación de la BBC de haber presionado a los servicios secretos para reforzar el argumento del Gobierno británico a favor de la guerra. "No añadí ni quité nada, ni tuve ninguna influencia", dijo acerca del informe que incluía la polémica referencia a la inminente amenaza que representaba Sadam Husein.

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Alastair Campbell, director de comunicación y estrategia de Tony Blair, negó ayer cualquier responsabilidad en el contenido del informe del 24 de septiembre de 2002 sobre armas de destrucción masiva de Irak. En su declaración ante el juez Brian Hutton, Campbell rechazó la acusación de la BBC de haber presionado a los servicios secretos para reforzar el argumento del Gobierno británico a favor de la guerra. "No añadí ni quité nada, ni tuve ninguna influencia", dijo acerca del informe que incluía la polémica referencia a la inminente amenaza que representaba Sadam Husein.

"Yo no añadí ni quité nada. No tuve ninguna influencia", asegura Campbell
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La investigación del juez Brian Hutton sobre las circunstancias de la muerte del científico David Kelly recaló ayer en uno de los más importantes testigos y principal involucrado en la crisis política y mediática que culminó con el trágico desenlace, el pasado 17 de julio, del experto británico en armas biológicas de Irak. Sobre Alastair Campbell, director de comunicación del primer ministro británico, Tony Blair, pesa la acusación del periodista de la BBC Andrew Gilligan de haber manipulado el informe de los servicios de espionaje para reforzar el argumento de Blair a favor de la guerra. Su llegada al Tribunal de Justicia de Londres fue recibida con abucheos de un grupo de manifestantes opuestos a la invasión de Irak. "Campbell, ¿cuántas mentiras contarás hoy?" fue una de las frases que le espetaron.

Campbell no pareció inmutarse y, en la sala, mantuvo el temple durante las cerca de seis horas que duró su comparecencia. El juez y su equipo de abogados no descuidaron ningún detalle en su intenso interrogatorio, que llevó al testigo a escudarse, en ocasiones, en una aparente falta de memoria. Cargado con su diario personal y otros documentos hasta la fecha confidenciales, el director de comunicación de Blair negó categóricamente las acusaciones surgidas a raíz de una conversación privada de Gilligan con Kelly. Se distanció, además, de la polémica en torno a la identificación del científico como fuente de la BBC, porque, según señaló, "el primer ministro me instruyó para que me mantuviera al margen de este acontecimiento" . "No estoy criticando a nadie, pero podríamos haber actuado mejor", confesó.

Campbell explicó al juez que los servicios secretos británicos tuvieron "el mando completo" del contenido del informe sobre Irak, puesto que "su credibilidad" dependía de ello. Señaló incluso que el presidente del Comité Conjunto de Inteligencia, John Scarlett, se sentía "propietario" del documento al tiempo que limitó su labor y la del resto del número 10 de Downing Street a aspectos relacionados con su "presentación" al público.

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"Scarlett nos pidió consejo sobre la presentación del informe, y yo se lo di. Le apoyamos para asegurarnos de que se prestaba atención a todos los detalles en esta operación de envergadura internacional", se justificó. "No había precedentes en la publicación de un documento a esta escala. Por eso fui tan meticuloso", añadió Campbell.

El juez Hutton, sin embargo, no daba por concluido el análisis sobre la redacción del informe y, en concreto, sobre la inclusión en su versión final de la referencia a los "45 minutos". Éste es el plazo de tiempo que, según destacó Tony Blair durante la presentación del informe en el Parlamento de Westmister el pasado 24 de septiembre, bastaría a Sadam Husein para lanzar un ataque con armas de destrucción masiva. "Yo no puse ni quité nada. No tuve ninguna influencia", respondió Campbell.

Un colaborador del juez sacó entonces a relucir una carta enviada por Scarlett a Campbell sobre la construcción de la frase sobre la amenaza inminente de Irak. El alto cargo de inteligencia comunicó que "no podía mejorar" el texto, que el pasado 16 de septiembre se limitaba a decir que Sadam "podría" lanzar un ataque en 45 minutos. Campbell negó que hubiera solicitado el endurecimiento de la polémica frase. Fue una sugerencia, dijo en tono defensivo.

De acuerdo con su declaración, el director de comunicación de Downing Street no cuestionó la procedencia de este dato sobre la capacidad bélica de Sadam Husein. Documentos presentados durante la investigación la atribuyen a una única fuente -probablemente un inspector iraquí- que algunos analistas consideraban poco fiable.

La inclusión de los ya célebres "45 minutos" en el informe final sobre el arsenal de Sadam forma parte, además, del foco principal de las acusaciones de la BBC sobre interferencia política de Downing Street. "Yo sabía que procedía del Comité Conjunto de Inteligencia. Pero no estaba al tanto ni de la información bruta en la que se basaba ni de la fuente de donde surgió", se defendió Campbell.

La referencia fue modificada al menos en tres ocasiones a partir del 10 de septiembre avalando en cierta forma las quejas que Kelly transmitió a los periodistas de la BBC.

Los documentos de la discordia

Los documentos oficiales presentados durante la investigación que lleva a cabo el juez Brian Hutton sobre el caso Kelly están poniendo de manifiesto que la oficina del primer ministro británico, Tony Blair, jugó un papel clave en la reelaboración del informe sobre las armas de destrucción masiva que supuestamente poseía Irak, y que sirvió posteriormente para justificar la guerra.

El intercambio de correos electrónicos, antes de la publicación del informe el 24 de septiembre de 2002, entre los asesores de Blair revela que el Gobierno británico carecía de pruebas suficientes para demostrar que Sadam Husein representara una amenaza inminente. Ésta es la secuencia de dichos correos electrónicos:

- 5 de septiembre. Alastair Campbell, director de Comunicación de Blair, escribe al principal asesor político del primer ministro, Jonathan Powell: "Con respecto al informe, reescritura sustancial con JS y Julian M., que JS llevará a EE UU el próximo viernes, y por consiguiente tomará forma el lunes. Estructurar para el debate de TB. Acuerdo para que tenga verdadero material de inteligencia en su presentación". JS se refiere al parecer a John Scarlett, el presidente del Comité Conjunto de Inteligencia. Julian Miller era el jefe de evaluación del número 10 de Downing Street.

- 17 de septiembre. Powell escribe a Scarlett: "El informe es bueno y convincente para aquellos que ya están convencidos. El documento no demuestra ninguna amenaza, ni mucho menos una amenaza inminente por parte de Sadam... Necesitaremos dejar claro al lanzar el documento que no proclamemos que tenemos pruebas de que es una amenaza inminente. En otras palabras muestra que él tiene los medios, pero no demuestra que tenga el motivo para atacar a sus vecinos ni mucho menos a Occidente".

- 24 de septiembre. Se publica la versión final del informe. Blair declara que Sadam es "una amenaza real y grave", y que estaría "preparado" para lanzar un ataque químico o biológico en 45 minutos.

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