La nueva cocina en casa | GENTE

¿Cómo se aprende a cocinar?

Hoy día se da por sentado que cuando una pareja se independiza ya sabe cocinar. Pero, ¿quién le ha enseñado? La antigua transmisión familiar se ha debilitado y las tareas domésticas se comparten cada vez más. Lo lógico, por tanto, es que alguien se preocupe de enseñar a los jóvenes a cocinar; a los jóvenes y a cualquiera que quiera hacer un reciclaje (nunca es tarde para aprender). Tendría que haber lugares donde se dieran nociones de cocina tan básicas como freír un huevo, hervir el arroz o preparar una ensalada. Es cierto que abundan los cursos de cocina, pero suelen ser de un nivel superior...

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Hoy día se da por sentado que cuando una pareja se independiza ya sabe cocinar. Pero, ¿quién le ha enseñado? La antigua transmisión familiar se ha debilitado y las tareas domésticas se comparten cada vez más. Lo lógico, por tanto, es que alguien se preocupe de enseñar a los jóvenes a cocinar; a los jóvenes y a cualquiera que quiera hacer un reciclaje (nunca es tarde para aprender). Tendría que haber lugares donde se dieran nociones de cocina tan básicas como freír un huevo, hervir el arroz o preparar una ensalada. Es cierto que abundan los cursos de cocina, pero suelen ser de un nivel superior. ¿Quién puede enseñar las cincuenta recetas básicas de cocina? Pienso que la Administración debería jugar un papel importante en este ámbito y que en la escuela ya se tendría que enseñar a los niños a diferenciar la calidad de los productos y a comer de una manera equilibrada. Ya se hace en algunos lugares, pero no está generalizado. ¿Dónde pueden aprender los jóvenes a cocinar? No pienso que la Universidad sea el lugar adecuado, pero habría que pensarlo bien, puesto que cocinar es algo importante, que puede ocuparnos hasta tres o cuatro horas diarias. Al fin y al cabo, si aprendemos Educación Física en la escuela, ¿por qué no a cocinar?, que también sirve para cuidar el físico. Los fabricantes y distribuidores de alimentos también deberían implicarse para que la gente pueda aprender a cocinar o a reciclarse en este ámbito. Algún día habrá que dar el primer paso, pero empieza a ser urgente.

En la escuela se tendría que enseñar a los niños a comer de una manera equilibrada
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- TOMANDO CÓCTELES EN UN DÍA DE VERANO. Aunque los cócteles se preparen durante todo el año, sin duda alguna el calor nos incita más a tomarlos. La imagen de alguien bebiendo un cóctel junto a una piscina ya está archivada en nuestra memoria como un sueño paradisiaco. Si está en casa y le apetece divertirse, puede preparar un mojito, una caipiriña o un daiquiri con la receta tradicional (que puede encontrar en un libro o en Internet). Nuestro toque personal consistirá en que, una vez preparados, pondremos los cócteles en el congelador y esperaremos cinco o seis horas para tomárnoslos. Serán o bien unos cócteles granizados o unos granizados de cócteles. Otra opción es la de triturar frambuesas frescas y añadir Campari. Así tendrá una versión del zumo de naranja con Campari, pero con un toque de originalidad. Otra posibilidad es la de sustituir el limón que lleva una caipiriña por fruta de pasión. Éste es uno de mis cócteles preferidos y la verdad es que cuando hace calor te los tomas de dos en dos. Para acabar, un cóctel de tarde. Compre un bote de lichis, que es una de las conservas más extraordinarias que existen, tritura el contenido, lo pasa por el colador y le añade grapa. Así obtendremos un cóctel fusión: fruto oriental con licor italiano.

- CALABACÍN. El calabacín es una de las verduras por excelencia del verano. Tenemos en primer lugar el pequeño, que muchas veces se vende con su flor. La flor, rebozada y frita, está buenísima como aperitivo y, añadiéndole azúcar, tendremos un postre original. En cuanto al pequeño calabacín en sí, cortado en finas láminas con la ayuda de la mandolina, mezclado con virutas de parmesano y sazonado con sal, aceite, limón y orégano seco, nos dará una ensalada original. Si prefiere la versión caliente, coja calabacines medianos, córtelos en rodajas, saltéelos de modo que queden crujientes con un poco de aceite de oliva, sírvalos con pequeños chipirones y sazónelo todo con un perejil triturado con aceite de oliva. Si tiene calabacines grandes, haga un corte a lo largo de cada uno de ellos de un centímetro de grosor, saltéelos en la sartén y coloque encima unas rodajas de tomate, mozzarella, champiñones y anchoas. Caliéntelo en el horno y obtendrá un calabacín pizza para los no muy amantes de las masas. Otra opción es la de elaborar, con calabacín, berenjena y pimiento, una sanfaina o pisto y rellenar con ella unos tomates medianos, que pondremos al horno durante unos cinco minutos. Al sacarlos, se sazonan con aceite de oliva virgen y ya están a punto para comer. (Con la colaboración de Xavier Moret).

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