Un estudio europeo confirma la reducción sostenida del sida con los cócteles de fármacos

Una investigación europea publicada en The Lancet ha confirmado que la introducción de los nuevos cócteles de fármacos contra el sida (la llamada terapia antirretroviral de gran actividad o Targa) ha reducido de manera sostenida la enfermedad y la muerte causadas por el sida. La introducción en 1996 de estos cócteles de fármacos provocó inmediatamente una reducción sustancial de la enfermedad y de los fallecimientos en las personas infectadas por el VIH. Lo que ahora ha comprobado el grupo de Amanda Mocroft, de la Real Facultad de Medicina de Londres, es que los beneficios de la Targa s...

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Una investigación europea publicada en The Lancet ha confirmado que la introducción de los nuevos cócteles de fármacos contra el sida (la llamada terapia antirretroviral de gran actividad o Targa) ha reducido de manera sostenida la enfermedad y la muerte causadas por el sida. La introducción en 1996 de estos cócteles de fármacos provocó inmediatamente una reducción sustancial de la enfermedad y de los fallecimientos en las personas infectadas por el VIH. Lo que ahora ha comprobado el grupo de Amanda Mocroft, de la Real Facultad de Medicina de Londres, es que los beneficios de la Targa se mantienen a largo plazo.

El estudio se basa en el análisis prospectivo de unos 9.800 pacientes infectados por el VIH tratados en 70 centros de Europa, Israel y Argentina. Para comprobar la eficacia de la Targa a largo plazo, los investigadores calcularon las tasas de sida y de mortalidad en relación con los niveles de CD4 de los pacientes en tres fases del tratamiento: antes de ser tratados con Targa (1994-1995), en las primera fase del tratamiento (1996-1997) y en una fase avanzada (1998-2002).

La incidencia de sida y de fallecimientos disminuyó el 8% cada seis meses desde de 1998 a 2002. Los pacientes con bajos niveles de CD4 (indicador de mal pronóstico) presentaban tasas de supervivencia mucho más elevadas en la fase avanzada que en los años inmediatos a la introducción de la Targa. La incidencia era aproximadamente el 50% inferior en la fase avanzada del tratamiento que en la primera fase; el riesgo de fallecimientos totales se redujo aproximadamente el 40% en la fase avanzada en comparación con los primeros años de la terapia.

"La introducción y el uso continuado de la Targa durante los últimos seis años ha provocado unas tasas de morbilidad y de mortalidad muy bajas en toda Europa, lo que indica que las limitaciones del tratamiento actual, incluidos los posibles efectos secundarios a largo plazo y los problemas de cumplimiento terapéutico aún no han afectado al éxito clínico de la Targa. Un seguimiento a largo plazo de grupos amplios como los del estudio resultaría esencial para observar el cambio en las causas de morbilidad y mortalidad entre los pacientes infectados de VIH", comenta Mocroft.

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