El Reina Sofía refleja con 400 piezas las raíces y el impulso de la moda española

La exposición 'Tras el espejo' reúne hasta septiembre el trabajo de 180 diseñadores

Tres gloriosos fortuny que pertenecieron a Oona O'Neil (cedidos por su hija Geraldine Chaplin); a pocos metros, las rudimentarias botas Chirucas, y un poco más allá, el abrigo mosaico de uno de los pocos diseñadores españoles que hoy tienen proyección internacional, Miguel Adrover. La moda española -de sus raíces a su futuro, industrial y creativo- entró ayer en el Museo Reina Sofía. La exposición Tras el espejo,inaugurada por el vicepresidente Rodrigo Rato, refleja en 400 piezas (130 de ellas físicas y el resto en vídeo) el trabajo de 180 diseñadores y marcas.

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Tres gloriosos fortuny que pertenecieron a Oona O'Neil (cedidos por su hija Geraldine Chaplin); a pocos metros, las rudimentarias botas Chirucas, y un poco más allá, el abrigo mosaico de uno de los pocos diseñadores españoles que hoy tienen proyección internacional, Miguel Adrover. La moda española -de sus raíces a su futuro, industrial y creativo- entró ayer en el Museo Reina Sofía. La exposición Tras el espejo,inaugurada por el vicepresidente Rodrigo Rato, refleja en 400 piezas (130 de ellas físicas y el resto en vídeo) el trabajo de 180 diseñadores y marcas.

La pequeña figura de Manuel Pertegaz se paseaba ayer por los pasillos del Reina Sofía. Hablaba en voz baja con Elio Berhanyer. Del primero se exponen un vestido plateado de los años setenta y un abrigo color marfil con grandes botones dorados de los sesenta. Del segundo, un vestido de noche para la próxima temporada y el uniforme de Iberia que creó en los setenta. Por el mismo pasillo, con dos bebés en un carrito retro color azul, apuraba el paso Cristina Guisado (se expone el gorro buzo de las Hermanas Guisado). Miguel Adrover, el diseñador mallorquín afincado en Nueva York, llegó acompañado por sus padres y la bailaora Cristina Hoyos. Ha cedido su abrigo mosaico, una pieza de su colección de 2002. "Me parece que para un museo tiene vida. La tela la conseguí en Luxor, era el toldo de una carnicería. No nos la dejaban pasar a Estados Unidos porque tenía muchos bichos y microbios, dije que era una reliquia familiar y por fin llegó. Este abrigo está hecho con la tela original, luego sacamos cinco piezas inspiradas en él". "La ropa es una forma de comunicación", añade Adrover, "no busco hacer tendencia, para mí es una forma de darle voz a quien no la tiene". "¿Pasado? ¿Futuro? No sé. Todo tiene límites, pero yo me empapo y aprendo".

Guión de Gonzalo Suárez

Tras el espejo. Moda española, organizada por la Sociedad Estatal para el Desarrollo, el Diseño y la Innovación y el Ministerio de Ciencia y Tecnología, permanecerá en el Museo Nacional Reina Sofía hasta el próximo 28 de septiembre. Luego viajará a Santiago de Compostela, Valencia y Barcelona. Balenciaga, Sybilla, Jesús del Pozo, Davidelfín, Helena Rohner, Amaya Arzuaga, Dorotea Valls, Josep Font, Ailanto, Miriam Ocáriz, Rafael López, Custo, Miriam Ponsa, Antonio Alvarado, Marta Terán, Yono Taola, Ion Finz, Spastor, La Casita de Wendy, Giménez&Zuazo, Locking Shocking, Jocomomola, Adolfo Domínguez, Francis Montesinos, Lydia Delgado, Ángel Vilda, Loreak Mendian, TCN, Zara o Camper están entre los 180 diseñadores y marcas que comparten el espacio blanco y lleno de espejos de la exposición.

Un guión escrito por el cineasta Gonzalo Suárez sirve de hilo conductor para conocer las diferentes caras de una industria que, según recordaba ayer el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, mueve más de 25.000 millones de euros al año. La exposición (que ha contado con un comité de expertos compuesto por Pedro Mansilla, Jorge Wagensberg, Chiara Arroyo, Gervasio Pérez, Víctor Fabregat, Pedro Narváez y Jesús María Montes-Fernández) lleva a un mismo plano la alta costura, el prêt-à-porter, los zapatos, las joyas, los bolsos, los sombreros... Fotografías, dibujos y vídeos añaden diferentes perspectivas. Por el camino, espejos grandes y pequeños multiplican el espacio.

Una pasarela convierte en la entrada a los visitantes en modelos. A los lados les observan maniquíes blancos y desnudos. "El espejo es la quintaesencia de la moda", señaló ayer Gonzalo Suárez, que ha divido la exposición en El espejo retrovisor ("No se trata de una historia de la moda, sino sólo una mirada fugaz a su pasado más reciente"), El espejo transparente ("En la moda, como en la calle, todos buscamos nuestro sitio, vemos y miramos"), Reflejos y destellos ("Seducción, ensueño y privilegio"), El espejo angular ("Cuando la moda está en el centro del objetivo"), El espejo con zoom ("Una apuesta por los nuevos creadores, gente joven con ideas y ganas") y El espejo en el que nos vemos ("Moda española en los medios de comunicación").

"Creo que he podido aportar cierta frescura, en el buen sentido de la palabra. Es el primer guión que escribo en el que no hay ni un cadáver, ni un asesinato, ni una historia inconfesable". Suárez -"líbrenos el cielo de adentrarnos en el concepto de la moda"- añadió: "Se dice que la moda es efímera; en realidad, la vida es efímera, pero, por la cuenta que nos trae, nos olvidamos. En cualquier caso", continuó, "la moda, arte o no, tiene la grandeza de ser algo que contribuye a perseguir la belleza. Y eso le da sitio en este museo. El arte no está necesariamente en los museos, la pintura no es arte por ser pintura. El arte visita los sitios más insospechados".

Juan Manuel Bonet, director del Reina Sofía, afirmó: "La moda ha entrado en los museos, y eso se debe a que el arte no es un mundo estanco. En los museos está la literatura, el cine y ahora también tenemos moda".

Abrigo mosaico de Miguel Adrover expuesto en el Museo Reina Sofía.PABLO ORCAJO
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