Reportaje:UNA NUEVA ENFERMEDAD

Si es chino, no tosa

Un simple catarro, unido a una fisonomía asiática, puede generar alarmas aparatosas por exceso de celo en los aeropuertos

Ser chino y tener tos se ha convertido en un asunto espinoso. Una niña china de ocho años fue hospitalizada el lunes en Jerez de la Frontera, en medio de un notable revuelo, porque tenía fiebre y había llegado ocho días antes de la provincia china de Guangdong, donde surgió en noviembre la neumonía asiática (SARS). El martes en el aeropuerto de Barajas 120 pasajeros fueron retenidos durante casi tres horas -hasta las 2.15 de la madrugada de ayer- en un avión de Lufthansa llegado de Frankfurt porque una niña china de cuatro años tenía fiebre y tos. Ambos casos han resultado vulgares catarros....

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Ser chino y tener tos se ha convertido en un asunto espinoso. Una niña china de ocho años fue hospitalizada el lunes en Jerez de la Frontera, en medio de un notable revuelo, porque tenía fiebre y había llegado ocho días antes de la provincia china de Guangdong, donde surgió en noviembre la neumonía asiática (SARS). El martes en el aeropuerto de Barajas 120 pasajeros fueron retenidos durante casi tres horas -hasta las 2.15 de la madrugada de ayer- en un avión de Lufthansa llegado de Frankfurt porque una niña china de cuatro años tenía fiebre y tos. Ambos casos han resultado vulgares catarros.

El caso de Barajas nunca debió considerarse sospechoso. La ministra de Sanidad, Ana Pastor, reconoció ayer que la niña y su familia habían embarcado en Frankfurt tras volar desde Shanghai, que no es una zona afectada, y que su fiebre no alcanzaba los 38 grados que requiere la Organización Mundial de la Salud (OMS). Eso sí, tenía tos. "En algunos casos puede haber una pequeña disfunción", dijo Pastor.

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Aun disculpando ese error, parece claro que, en todo caso, la niña debería haber sido retenida antes de despegar de Frankfurt, no después de aterrizar en Barajas. Pastor explicó ayer que, según su información, "la sintomatología se detectó ya dentro del avión". Y es cierto, pero el avión no había despegado todavía. Lo cuenta el pasajero Santiago Montero, que viajaba justo delante de la niña china y su familia: "Antes de despegar, la azafata le dijo al padre que abrochara el cinturón de seguridad a la niña, y el padre respondió que no podía ser, porque la niña estaba enferma y quería ir abrazada a su hermano, de unos siete años". La perplejidad llegó al clímax cuando las azafatas se pusieron unas mascarillas para evitar el contagio, sin ofrecer esa misma protección a los 120 pasajeros. En cuanto le dejaron salir del avión, Montero denunció estos hechos en la comisaría del aeropuerto.

Desde la alerta de la OMS en marzo, los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Málaga han controlado la llegada de 57 vuelos y 7.500 pasajeros procedentes de Toronto y Pekín, las dos ciudades de riesgo que tienen vuelos directos a España. La de ayer ha sido la única alerta hasta ahora. El control consiste en exigir a los viajeros una ficha que se rellena en el avión y en la que deben poner sus datos personales, domicilio, sintomatología de los últimos días e informar si han tenido contacto con personas diagnosticadas.

Pastor anunció ayer la próxima creación de una comisión científica sobre la neumonía asiática. Algunos expertos españoles se desplazarán a los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta (EE UU). El Ministerio informa sobre la epidemia en el teléfono 91 596 13 01.

Llegada de un avión procedente de China en Barajas (Madrid).LUIS MAGÁN

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