El Plan de Agricultura Ecológica alerta sobre la dependencia de las ayudas

El 80% de la producción andaluza de este sector se destina a la exportación

El crecimiento de la agricultura ecológica en Andalucía ha sido imparable en sólo una década, como evidencia el salto registrado desde 1992: de las 2.212 hectáreas cultivadas entonces se pasó a 123.126 en 2002 gracias al tirón exportador. Detrás de este auge, sin embargo, se esconden algunas "debilidades" diagnosticadas en el Plan Andaluz de Agricultura Ecológica como "cierta dependencia" de las ayudas públicas o su vulnerabilidad ante una "eventual crisis alimentaria". El 80% de la producción ecológica andaluza, donde destaca el olivar y los frutales, se destina a la exportación.

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El crecimiento de la agricultura ecológica en Andalucía ha sido imparable en sólo una década, como evidencia el salto registrado desde 1992: de las 2.212 hectáreas cultivadas entonces se pasó a 123.126 en 2002 gracias al tirón exportador. Detrás de este auge, sin embargo, se esconden algunas "debilidades" diagnosticadas en el Plan Andaluz de Agricultura Ecológica como "cierta dependencia" de las ayudas públicas o su vulnerabilidad ante una "eventual crisis alimentaria". El 80% de la producción ecológica andaluza, donde destaca el olivar y los frutales, se destina a la exportación.

El plan, elaborado por la Consejería de Agricultura y Pesca con la colaboración de una docena de organizaciones, pretende que el segmento agrario ecológico dé un salto cuantitativo en los próximos años. Para el año 2007, la Junta espera que la superficie ecológica ocupe 400.000 hectáreas, lo que significaría casi cuadruplicar la extensión actual, pero no menos importante que aumentar la extensión será afrontar una serie de cambios, que ahora mismo lastran el desarrollo de la producción ecológica y la convierten en un sector vulnerable, según el diagnóstico incluido en el documento aprobado por la Consejería de Agricultura y Pesca y las organizaciones en diciembre pasado.

Como primera "amenaza" recogida en el documento se cita la dependencia excesiva del sector público: "Parte del crecimiento del sector ha estado más influido por la percepción de ayudas que por las demandas del mercado". La entrada de algunos agentes atraídos por la percepción de dinero público y sin interés por obtener producciones de calidad constituye uno de los factores que explican la expansión de la producción ecológica pero también es responsable de que "no se encuentre suficientemente consolidada y orientada hacia las demandas del mercado". No obstante, en el documento se justifica la concesión de ayudas por "la juventud y reducida dimensión inicial del sector" y también se puntualiza que buena parte de los productores no han recibido apoyo económico público.

En el diagnóstico se alerta también sobre la vulnerabilidad del sector ante "una eventual situación de crisis o fraude", que podría echar por tierra la actual confianza de los consumidores en la etiqueta ecológica y que se cita en el texto como una de sus mayores "fortalezas". La competencia en los mercados europeos de producciones ecológicas procedentes de terceros países a precios competitivos y la "excesiva" vinculación de estos productos a un "segmento" de consumidores constituyen otras de las "amenazas" enumeradas en el texto de la Consejería de Agricultura, que también aprecia situaciones de riesgo como la "confusión en el uso de vocablos afines" o el acercamiento entre los procedimientos ecológicos y los convencionales a través de los sistemas de producción controlada.

El sector ecológico, por el contrario, puede beneficiarse de una serie de factores positivos como el apoyo por parte de la Comisión Europea a las medidas agroambientales que priman la calidad, la mayor demanda social de seguridad alimentaria que ha aumentado tras crisis como la generada por el mal de las vacas locas y el "previsible" crecimiento de la demanda en el mercado español y comunitario, entre otros.

La situación andaluza parte, según este diagnóstico, con una serie de fortalezas como su adaptación a la filosofía de la Política Agraria Comunitaria, el "alto nivel" de concienciación de los agentes involucrados, la capacidad de innovación de los productores o la experiencia en la exportación, que ha sido el principal motor del desarrollo del sector en Andalucía. De hecho, el 80% de la producción ecológica andaluza se destina a mercados internacionales. Aunque los países de la Unión Europea absorben la mayoría del género (el 59%), también destaca el caso de Japón, que compra el 5% de la producción ecológica autonómica. El olivar y los frutales son los cultivos ecológicos a los que se dedica más superficie en Andalucía con un 36% y un 20% respectivamente.

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