Una evaluación de daños laboriosa y compleja ante un siniestro que no termina
La evaluación de daños, según el directivo del Fidac José Maura, "es compleja y muy laboriosa". "Si se trata de un barco o una red arruinada por el chapapote, hay que ver cómo estaba antes. Si se trata de un pescador o mariscador, hay que ver qué volumen de capturas tenía. En el caso de las empresas, nosotros pedimos los datos contables de los tres últimos ejercicios anteriores al siniestro para hacernos una idea y hacer la evaluación".
Este experto, en alusión a los pescadores o mariscadores que tengan beneficios opacos no declarados a la Hacienda española, proclama que el Fidac nunca ...
La evaluación de daños, según el directivo del Fidac José Maura, "es compleja y muy laboriosa". "Si se trata de un barco o una red arruinada por el chapapote, hay que ver cómo estaba antes. Si se trata de un pescador o mariscador, hay que ver qué volumen de capturas tenía. En el caso de las empresas, nosotros pedimos los datos contables de los tres últimos ejercicios anteriores al siniestro para hacernos una idea y hacer la evaluación".
Este experto, en alusión a los pescadores o mariscadores que tengan beneficios opacos no declarados a la Hacienda española, proclama que el Fidac nunca tendrá la voluntad inquisitiva del fisco y que será flexible, siempre que se le pruebe el lucro cesante. "Trataremos de ayudarles lo más que podamos, lo que no podemos hacer es escapar a la realidad de que son las víctimas las que tienen que probar los daños. No les vamos a exigir que tengan una situación fiscal perfecta con España. Sólo pedimos que nos prueben los daños que han sufrido".
No hay en principio tope individual. "El dinero que existe son 180 millones de euros para todas las víctimas. Por ello, como la cantidad es finita hay que tratar por igual a todas las víctimas y el daño supera a las indemnizaciones posibles; habrá que establecer un prorrateo, es decir, pagar a todos el mismo porcentaje de los daños. Esa es una decisión que, en el caso del fondo, la toma el comité ejecutivo, que es una reunión de los Estados miembros del fondo, y ahí se decidirá cuál es el nivel de prorrateo para este siniestro, teniendo en cuenta todos los daños que se han producido en España y en Francia, aunque esto último aún no lo sabemos porque no hay aún reclamantes; incluso en Portugal, si los hubiera".
Por el momento, no obstante, el número de reclamantes españoles es mínimo. Apenas una decena. Tan escaso interés, "aunque ya hay personas que se están acercando a la oficina a informarse para presentar reclamación", se debe a que "hay unas ayudas muy importantes del Gobierno español", según interpreta Maura. No hay aún el menor borrador de inventario de daños. "Imposible saberlo. Tenemos un siniestro que no termina. Empezó el 13 de noviembre y el barco sigue derramando. Hasta que no sepamos que el siniestro ha acabado y sólo quedan las operaciones de limpieza no podremos saber cuál es el impacto de este siniestro".