Cartas al director

Papanatismo

Lo que hubo que ver el miércoles 18 de diciembre en el Congreso de los Diputados no tiene nombre. Los parlamentarios del Partido Popular abandonaron sus escaños cuando el portavoz de la oposición salió al estrado. Al parecer, el desplante se debió a una presunta falsedad de documentos referentes al caso Prestige.

Y digo yo: si es cierto que ese señor ha falsificado algo, ¿por qué no denunciar tan reprobable actuación para que sea juzgada por el poder competente? La justicia está para algo. A mi juicio, los que nos gobiernan hicieron gala de ese mal que nos acecha en las di...

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Lo que hubo que ver el miércoles 18 de diciembre en el Congreso de los Diputados no tiene nombre. Los parlamentarios del Partido Popular abandonaron sus escaños cuando el portavoz de la oposición salió al estrado. Al parecer, el desplante se debió a una presunta falsedad de documentos referentes al caso Prestige.

Y digo yo: si es cierto que ese señor ha falsificado algo, ¿por qué no denunciar tan reprobable actuación para que sea juzgada por el poder competente? La justicia está para algo. A mi juicio, los que nos gobiernan hicieron gala de ese mal que nos acecha en las distintas esferas de nuestra vida y que parece haberse puesto de moda: el papanatismo.

Me indigno al pensar que una parte de los impuestos que pago (y que a mí no me van a bajar pese a lo que se dice) vaya a remunerar el trabajo de quienes abandonaron su escaño aquel día en que se debatía sobre la catástrofe que acecha las costas norteñas. Ya son muchas meteduras de pata en muy pocos meses.

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