Enzensberger se acompaña de poesía al recibir la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes

Con una agilidad más propia de un joven deportista que de alguien de 73 años, el brillante ensayista, filósofo, poeta, periodista...Hans Magnus Enzensberger (Kaufbeuren, Baviera, 1929) saltó literalmente al estrado del anfiteatro del Círculo de Bellas Artes para recoger ayer la Medalla de Oro de esta institución. Demostrando gran humor y sin abandonar una amplia sonrisa saludó a un auditorio repleto y bastante joven. "Los honores son un fenómeno extraño", dijo. "No se sabe muy bien a quien se otorga y a quienes no. Personalmente me lo explico por mi buena fortuna, sobre todo, en este país, Esp...

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Con una agilidad más propia de un joven deportista que de alguien de 73 años, el brillante ensayista, filósofo, poeta, periodista...Hans Magnus Enzensberger (Kaufbeuren, Baviera, 1929) saltó literalmente al estrado del anfiteatro del Círculo de Bellas Artes para recoger ayer la Medalla de Oro de esta institución. Demostrando gran humor y sin abandonar una amplia sonrisa saludó a un auditorio repleto y bastante joven. "Los honores son un fenómeno extraño", dijo. "No se sabe muy bien a quien se otorga y a quienes no. Personalmente me lo explico por mi buena fortuna, sobre todo, en este país, España".

La verdad es que últimamente a este pensador dotado de una inteligencia deslumbrante le da buena suerte España. El mes pasado recogió el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades "por su acusada honestidad intelectual", entre otros de sus valores.

Pero ayer, el autor de Más ligero que el aire (1999) quiso sobre todo seducir al auditorio con su alma de poeta. Y lo hizo como un auténtico rapsoda, leyendo en alemán algunos de sus poemas que después los traducía al español el traductor de su obra, José Luis Reina Palazón. "Volver a la poesía. Qué cosa más extraña leer algo que has escrito hace 40 años". Y empezó con unos versos de su poemario Defensa de los lobos, que lo escribió en los años 50, con la "impaciencia del joven". El público le devolvió el entusiasmo con un sincero aplauso. Fue un final redondo para la Semana de las Letras Alemanas que se ha celebrado en Madrid.

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