Columna

Lo de Lara

Mientras las principales organizaciones empresariales valencianas, más allá de sus desencuentros figurados, mantienen un silencio de cordero respecto a la postergación ferroviaria del ancho europeo en el corredor mediterráneo, el empresario editorial José Manuel Lara acaba de dar una lección en Cataluña de lucidez, soberanía, autocrítica e inquietud ante el futuro. En una conferencia organizada por la Cámara de Comercio de Barcelona el consejero delegado del grupo Planeta ha hecho un diagnóstico demoledor de la clase política y empresarial de Cataluña, incluso la ha extendido a su ciudadanía, ...

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Mientras las principales organizaciones empresariales valencianas, más allá de sus desencuentros figurados, mantienen un silencio de cordero respecto a la postergación ferroviaria del ancho europeo en el corredor mediterráneo, el empresario editorial José Manuel Lara acaba de dar una lección en Cataluña de lucidez, soberanía, autocrítica e inquietud ante el futuro. En una conferencia organizada por la Cámara de Comercio de Barcelona el consejero delegado del grupo Planeta ha hecho un diagnóstico demoledor de la clase política y empresarial de Cataluña, incluso la ha extendido a su ciudadanía, por la pérdida de gas que ha experimentado Barcelona en los últimos 40 años respecto a Madrid. Lejos del recurso victimista habitual, que tanto ha frecuentado Convergència i Unió, Lara ha descartado la existencia de 'una fuerza política' que haya trabajado en ese sentido y ha acusado a políticos y empresarios catalanes de no haber entendido el fenómeno de la globalización, que exigía empresas de mayor tamaño, mientras que el empresariado catalán ha sustanciado su independencia prefiriendo 'un comercio en el Paseo de Gracia al 25% de El Corte Inglés'. Esta pérdida de tamaño competitivo, en tanto que Madrid ha ido acumulando los intangibles en un proceso de concentración similar al ocurrido en otras partes, ha dejado a Barcelona a las puertas de convertirse en 'la Santander del Mediterráneo'. En el nuevo mapa que plantea la economía Lara apunta que lo importante para una ciudad periférica con imaginación es la capacidad de influencia que pueda ejercer en los centros de alto poder de decisión, como lo puedan ser Madrid Bruselas o París, por lo que ha reclamado un cambio de mentalidad para evitar que su ciudad acabe convirtiéndose en 'un balneario con alta calidad de vida'. Pero no se ha parado ahí y ha acusado a las administraciones autonómicas catalana y valenciana de haberse cegado con Madrid en el AVE, que representa 'el eje radial de las carreteras de Calvo Sotelo', despreciando el más dinámico, que es el que va de Valencia a Barcelona. Asuntos varios sobre los que deberían reflexionar las cúpulas empresariales valencianas en uno de estos puentes.

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