LA REGULACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN

Bilbao fue la pionera

Bilbao lo hizo antes. Hace ya cuatro años que su Ayuntamiento reguló los prostíbulos de la villa. La ordenanza, aprobada en otoño de 1998 con la única abstención de HB, le convirtió en la primera ciudad española que regulaba los locales de alterne.

La normativa respondió a las continuas protestas de grupos de vecinos de la calle del General Concha. Hartos de la imparable proliferación de prostíbulos y la consiguiente depreciación de sus pisos, reclamaron al consistorio que pusiera orden. Querían evitar que parte de esta céntrica calle se convirtiese en el germen de otro...

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Bilbao lo hizo antes. Hace ya cuatro años que su Ayuntamiento reguló los prostíbulos de la villa. La ordenanza, aprobada en otoño de 1998 con la única abstención de HB, le convirtió en la primera ciudad española que regulaba los locales de alterne.

La normativa respondió a las continuas protestas de grupos de vecinos de la calle del General Concha. Hartos de la imparable proliferación de prostíbulos y la consiguiente depreciación de sus pisos, reclamaron al consistorio que pusiera orden. Querían evitar que parte de esta céntrica calle se convirtiese en el germen de otro barrio chino en la capital vizcaína. El entonces concejal de Urbanismo, el socialista Dimas Sañudo, hoy en la oposición, les escuchó. Y puso a los técnicos municipales a la tarea.

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La ordenanza sobre prostíbulos obliga a que cada una de sus habitaciones tenga, al menos, 12 metros cuadrados, incluido un aseo independiente con lavabo, ducha y bidé. Las piscinas de hidromasaje deben limpiarse a diario y las bañeras, tras cada uso. El flamante reglamento catalán incluye algunos de estos aspectos. El conseller en cap (consejero jefe), Artur Mas, pidió de hecho al Ayuntamiento de Bilbao una copia de su ordenanza, según reveló ayer el actual concejal de Urbanismo, Ibon Areso (PNV). Inspectores municipales revisan periódicamente las condiciones higiénico-sanitarias de los clubes.

La demanda clave de los ciudadanos era, no obstante, la distancia mínima entre clubes. La ordenanza la fijó en 200 metros. Éste es un asunto que la normativa de Cataluña no recoge, pero que cada municipio podrá regular -algo 'razonable' para Areso-. Este edil se opone a establecer una distancia mínima en lugares donde existe un barrio chino asumido por el vecindario. Bilbao cuenta con una zona similar, Las Cortes, donde la ordenanza no se aplica, ya que está pensada para clubes y allí la prostitución es callejera, según el edil. Areso considera que la ordenanza bilbaína ha logrado su propósito. 'Cuatro o cinco' clubes de General Concha ya han cerrado, aunque al principio se resistieron. Siguieron comerciando con sexo hasta que un tribunal les retiró la licencia de hostelería tras la que ocultaban su actividad real, recuerda Areso. Él mismo y el alcalde, el peneuvista Iñaki Azkuna, tuvieron que declarar ante el juez tras ser denunciados por prevaricación y coacciones por los dueños de clubes de alterne. El juez archivó la causa.

El edil indica que ahora existen en General Concha dos clubes que ya contaban con licencia antes de la ordenanza, que no es retroactiva, y el primero que la pidió tras ser aprobada. Los vecinos quizá se encuentren molestos con los horarios, pero eso, recalca Areso, es competencia del Gobierno vasco.

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