La escena oriental es la protagonista del último número de la revista 'Teatra'
La revista Teatra, una original y rompedora publicación dedicada al mundo escénico y gráfico, tomó anoche el entorno del Palacio de Cristal del madrileño Parque del Retiro, para presentar su último número extraordinario dedicado a Oriente.
Un Oriente que se respiró en el acto ofrecido en el que los asistentes y los componentes de Teatra acudieron ataviados de vestimentas y objetos japoneses, incluido su presentador Fernando Arrabal, que lució quimono negro. Tampoco faltó la música japonesa y el espirituoso sake con el que se invitó a los asistentes.
Teatra, f...
La revista Teatra, una original y rompedora publicación dedicada al mundo escénico y gráfico, tomó anoche el entorno del Palacio de Cristal del madrileño Parque del Retiro, para presentar su último número extraordinario dedicado a Oriente.
Un Oriente que se respiró en el acto ofrecido en el que los asistentes y los componentes de Teatra acudieron ataviados de vestimentas y objetos japoneses, incluido su presentador Fernando Arrabal, que lució quimono negro. Tampoco faltó la música japonesa y el espirituoso sake con el que se invitó a los asistentes.
Teatra, fundada hace 19 años por diversos profesionales del teatro y la comunicación, ha logrado en sus 15 números convertirse en una de las publicaciones europeas en las que se funden contenido y continente, ya que la revista es en sí misma una auténtica y mimada puesta en escena. Desde la aparición de esta publicación sus creadores han incorporado en ella juegos tridimensionales y objetos, convirtiendo Teatra en toda una edición de arte gráfico.
El nuevo ejemplar presentado anoche por un Fernando Arrabal -que confesó que quería ser santa-, no sólo analiza el teatro oriental desde el kabuki al kathakali indio, el noh, el bunraku, las sombras chinescas o la popular Ópera de Pekín, sino que también reflexiona sobre la influencia que estas artes escénicas han ejercido en creadores como Bertolt Brecht, Peter Brook, Grotowski o Artaud.
Esta prestigiada revista de culto había dedicado otros números a temas como los de la ceguera, la muerte, la perfección, el realismo socialista o la botánica.