Borau define 'Malas', de Alborch, como el paisaje después de la batalla

Un cuarto de hora antes de la hora prevista para la presentación de Malas, rivalidad y complicidad entre mujeres (Aguilar), el nuevo libro de Carmen Alborch, la sala donde iba a celebrarse el acto estaba abarrotada. Carmen Romero, Gonzalo Suárez, Francisco Pérez González, Alaska y Josefina Aldecoa, entre otros, asistieron al acto, que fue presentado por José Luis Borau -'el libro describe perfectamente el paisaje después de la primera batalla ganada por las mujeres'- y la socióloga Ángeles Durán -'qué bien puestos están los dos títulos de los dos libros: Solas y Malas'-....

Un cuarto de hora antes de la hora prevista para la presentación de Malas, rivalidad y complicidad entre mujeres (Aguilar), el nuevo libro de Carmen Alborch, la sala donde iba a celebrarse el acto estaba abarrotada. Carmen Romero, Gonzalo Suárez, Francisco Pérez González, Alaska y Josefina Aldecoa, entre otros, asistieron al acto, que fue presentado por José Luis Borau -'el libro describe perfectamente el paisaje después de la primera batalla ganada por las mujeres'- y la socióloga Ángeles Durán -'qué bien puestos están los dos títulos de los dos libros: Solas y Malas'-.

El secreto de buena parte del éxito de Carmen Alborch (Castelló de Rugat, Valencia, 1947) lo resumió muy bien la socióloga Ángeles Durán. 'Ella sabe ganarse el cariño de la gente. Admiro a las personas capaces de sacar lo mejor de la gente que tiene a su alrededor'. Pero no sólo es cariño lo que Durán siente por Alborch, también siente respeto por la autora de un libro en el que se definen las relaciones y los problemas de las mujeres.

Malas ha vendido en apenas 10 días cerca de 40.000 ejemplares. Solas, su trabajo anterior, pasó de los 300.000. José Luis Borau, que conoce a Alborch desde que ella era ministra de Cultura y él presidente de la Academia de Cine, ha leído los dos ensayos. 'Me gusta más que Solas, donde primaba sobre todo su experiencia personal. Malas es una disgresión a partir de su persona y sus conocimientos. A modo de cicerone, Carmen coge al lector y lo pasea por el mundo', aseguró el director de Furtivos poco antes de iniciarse el acto. Para Borau, lo bueno de este trabajo es que no es un libro de mujeres escrito por mujeres. 'No tienes la sensación de haber entrado en el lavabo de señoras', dijo. 'Malas empieza bien. Desde las primeras páginas se hace un examen de conciencia de la condición femenina. Se reconocen los defectos y ése es el anzuelo con el que picas porque piensas que es imparcial y te abandonas; luego descubres que esa idea sólo forma parte del prólogo'. Según Borau, el nuevo trabajo de la ex ministra de Cultura es la perfecta descripción del paisaje después de la primera batalla ganada por las mujeres para 'a continuación decirnos que hay muchas más batallas por ganar'. Lo que de verdad le gusta a este realizador del libro es que no se trata de un ensayo donde se esgrimen banderas antiguas y radicales, sino de un trabajo bien documentado con infinidad de citas literarias y cinematográficas. Como ejemplo, citó una de las favoritas de Alborch, la de Mae West: 'Cuando soy buena soy buena; cuando soy mala, soy mucho mejor'.

Los aplausos de los asistentes, entre los que no faltaron muchos políticos socialistas, como Joaquín Almunia, Francisco Fernández Marugán, José Acosta o Joaquín Leguina, precedieron a la intervención de la presidenta en la Comisión de Radiotelevisión Española en el Congreso, que lucía un bonito traje de chaqueta blanco y unas sandalias del mismo color. 'Estoy harta de que nos miren con prejuicios', aseguró Alborch. 'Malas es un libro en el que se habla de mujeres desobedientes, de mujeres que se rebelan, de mujeres que no son tradicionales'. Alborch aclaró que no se trata de un libro contra las mujeres, pese a lo que puede parecer por el título. 'Siempre me he sentido bien acompañada. Las que estamos en el feminismo desde jóvenes nos hemos acostumbrado a ver que estamos donde estamos gracias a otras mujeres. No pasa nada porque compitamos. Todos podemos hacerlo con lealtad'. La autora, que no ha querido hacer un juicio moral sobre el comportamiento femenino, tiene claro que las mujeres quieren cambiar el mundo y ensancharlo, pero que para conseguirlo hay que ir de la mano de los hombres. 'No creo que ellos se sientan cómodos en su papel encorsetado y antiguo'.