Entrevista:CAROL BELLAMY | Directora de Unicef

'Invertir en los pequeños ayuda a erradicar el terrorismo'

Carol Bellamy, una neoyorquina enérgica y directa, lleva siete años al mando de Unicef. Insiste sin cesar en la necesidad de invertir en los niños para 'erradicar el terrorismo y la inestabilidad'.

Pregunta. ¿Por qué una cumbre ahora?

Respuesta. En principio debíamos haberla hecho en 2000, pero ya había demasiadas celebraciones. Es importante hacer balance y crear un programa para el nuevo siglo. Una vez cada diez años es razonable reunirse. En 1990 no se mencionaba el sida o las guerras, no tanto porque no existieran, sino porque no tenían el impacto actual en los ...

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Carol Bellamy, una neoyorquina enérgica y directa, lleva siete años al mando de Unicef. Insiste sin cesar en la necesidad de invertir en los niños para 'erradicar el terrorismo y la inestabilidad'.

Pregunta. ¿Por qué una cumbre ahora?

Respuesta. En principio debíamos haberla hecho en 2000, pero ya había demasiadas celebraciones. Es importante hacer balance y crear un programa para el nuevo siglo. Una vez cada diez años es razonable reunirse. En 1990 no se mencionaba el sida o las guerras, no tanto porque no existieran, sino porque no tenían el impacto actual en los niños.

P. ¿Cuáles han sido los peores fracasos desde entonces?

R. Esencialmente tres: el nivel de inmunización (contra difteria, tosferina y tétanos) no ha mejorado, y eso que estamos cerca de erradicar la poliomielitis; la mortalidad materna ha empeorado y no hemos conseguido disminuir los niveles de anemia causada por la carencia de hierro en las mujeres. También sigue habiendo grandes diferencias regionales: África subsahariana y Asia se llevan la peor parte.

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P. ¿Qué podemos hacer ahora y no hace 12 años?

R. No es que ahora tengamos nuevas respuestas. No hay grandes novedades en temas como la mortalidad infantil: ya sabíamos que para evitarla hace falta un buen cuidado prenatal, acceso a agua limpia, nutrición e inmunización. Pero conocemos las repercusiones de las guerras sobre la población civil y entendemos mejor los devastadores efectos del sida: la mitad de los nuevos infectados son jóvenes que mueren sin que se puedan formar otros.

P. ¿Qué problemas ha tenido el documento oficial?

R. Está ya casi todo negociado. Falta encontrar el lenguaje apropiado en dos áreas: acceso a la educación sobre salud reproductiva [lo referente a la planificación familiar], algo que nunca tenía que haber sido un contencioso, y las menciones a la Convención de los Derechos del Niño, porque EE UU no la ha ratificado.

P. ¿No cree que EE UU manda una pésima señal al ser el único país, con Somalia, que no ha ratificado la Convención?

R. Creo que hay que ponerlo en el contexto de la reticencia estadounidense a adherirse a cualquier tratado internacional. El Gobierno de Clinton dijo que apoyaba la Convención, pero no hizo nada para promoverla, y el de Bush ya ha dicho que no piensa apoyarla. Personalmente creo que es una decisión desafortunada. La mayor parte del documento se basa en un lenguaje que es muy similar al de los derechos civiles en EE UU. Si Washington tenía reservas hace diez años, creo que ha podido comprobar que eran infundadas. Digamos que EE UU ha sido muy quisquilloso hacia el documento.

P. Lleva ya siete años en su cargo. ¿Le ha sido difícil imponer criterios de eficacia en el sistema burocrático de la ONU?

R. Hay burocracia en cualquier gran organización incluso del sector privado. He pasado en él la mitad de mi vida profesional y lo sé. Pero creo que nos hemos beneficiado mucho de la especificidad de nuestro mandato. Nos ocupamos de los niños. Y para esa tarea tenemos mucha gente que pone mucha pasión por lo que hace. Eso nos permite tener un funcionamiento más ágil. Invertir en los pequeños ayuda a erradicar el terrorismo y la inestabilidad. Creo que Unicef debe mantenerse fuerte en un mundo inestable.

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