Entrevista:ANNA DIAMANTÓPOULOU | Comisaria de trabajo | ASAMBLEA DE NACIONES UNIDAS SOBRE ENVEJECIMIENTO

'Debemos ir a una combinación de pensiones públicas y privadas'

Anna Diamantópoulou (Kotsani, Grecia, 1959) se apasionó a los 26 años por los temas medioambientales como alcaldesa de Kastoriá, y hoy, como comisaria de Trabajo y Asuntos Sociales de la UE (de 1999 a 2004), se centra en los problemas de la mujer y del envejecimiento de la población europea. Prepara ya la organización en Atenas de un Congreso Europeo sobre Personas con Discapacidad en 2003, año que la UE dedicará a ese colectivo. 'Será una ocasión para quedarme unos días en Atenas', sonríe, 'porque ahora no es que resida en un sitio u otro, es que me siento como estando en todos a la vez'.
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Anna Diamantópoulou (Kotsani, Grecia, 1959) se apasionó a los 26 años por los temas medioambientales como alcaldesa de Kastoriá, y hoy, como comisaria de Trabajo y Asuntos Sociales de la UE (de 1999 a 2004), se centra en los problemas de la mujer y del envejecimiento de la población europea. Prepara ya la organización en Atenas de un Congreso Europeo sobre Personas con Discapacidad en 2003, año que la UE dedicará a ese colectivo. 'Será una ocasión para quedarme unos días en Atenas', sonríe, 'porque ahora no es que resida en un sitio u otro, es que me siento como estando en todos a la vez'.

Pregunta. Los europeos cada vez vivimos más. ¿Eso le parece una bendición o una amenaza?

Respuesta. Las proyecciones demográficas indican que en 2050 una tercera parte de la población de Europa tendrá más de 60 años. Ello admite desde luego y en primer lugar una lectura positiva: contamos con más esperanza de vida, las mejoras sanitarias son indudables, hay oportunidad para mayores niveles de vida. Pero esas buenas noticias pueden presentar asimismo un lado malo: la baja natalidad que se traduce en algunos países en efectiva ausencia de niños, el impacto que ese aumento de edad tiene y tendrá en la economía, sus repercusiones en el mercado de trabajo. A todo eso tenemos que enfrentarnos.

'Es crucial ver unidos los temas de la mujer y los del envejecimiento de la población'
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P. Pero, ¿de verdad el Estado de bienestar está muerto? ¿Quedarán los viejos condenados a pagarse un sistema privado de pensiones?

R. El problema es de sostenibilidad. Necesitamos reformas. Pero no puede haber una solución única para todos los países. Lo privado no puede solucionarlo todo, pero forma parte de la solución. Debemos ir a una combinación de pensiones públicas y privadas y de fuerza de trabajo.

P. En la cumbre de Barcelona se habló de acabar con la jubilación obligatoria y de encontrar fórmulas de retiro flexible y voluntario. ¿Quién debe ser flexible, el empresario o el trabajador mayor?

R. Creo que es muy importante que las empresas garanticen una formación constante de sus trabajadores, para que ellas y ellos cambien el enfoque mental: los mayores tienen que estar en todas partes del cuadro. Me parece que, en cuanto a la jubilación, podrían combinarse dos sistemas: uno, inspirado en los países escandinavos, en el que cada persona trabaja, cobra y genera pensión de forma absolutamente voluntaria, decidiendo su calendario y horario; el otro sería ir trabajando menos horas al día, para así permitir la incorporación de jóvenes.

P. ¿Hombres y mujeres envejecen en Europa con las mismas oportunidades?

R. Es crucial ver unidos los temas de la mujer, lo que en inglés se llama género, con los del envejecimiento de la población y con la perspectiva demográfica. Las europeas viven de seis a ocho años más que los europeos, son quienes de jóvenes pueden optar por tener hijos, pero no ven aún reconciliada en Europa su vida familiar y laboral, ni de jóvenes ni de mayores. Es necesario proporcionar más incentivos a las mujeres en todos los órdenes. Hay que invertir en servicios sociales, especialmente en los relacionados con la maternidad, combinar un sistema de pensiones e impuestos que favorezca a las mujeres.

P. Ante el envejecimiento europeo, ¿los inmigrantes son la solución?

R. No, pero su papel es más que importante. Resulta incontestable que el 70% del crecimiento demográfico de Europa en los últimos diez años se debe a la población inmigrante.

P. La UE necesita de esa población, pero no parece del todo dispuesta a integrarla.

R. Lo que pasa es que la inmigración tiene que abordarse desde numerosos enfoques políticos. Hay que examinar las reglas para regular su entrada en la UE, hay que ver cómo es su inclusión en el mercado, en la sociedad, cómo se les integra en el sistema educativo. Europa no tiene un concepto uniforme sobre la cuestión de los inmigrantes. En algunas regiones incluso ha habido reacciones de carácter racista.

P. ¿No es posible entonces aplicar una política común comunitaria ante la inmigración?

R. No exactamente una misma política de todos los países. No se trata de lograr unas reglas absolutamente comunes sobre el tema: lo verdaderamente importante es garantizar que compartimos unos mínimos, y que esos mínimos sean acordes con los derechos humanos y con la concepción europea.

P. En España resulta normal que personas de edad sean cuidadas en la vida cotidiana por inmigrantes, que suelen ser mujeres. ¿Eso sucede también en Grecia,o la familia sigue jugando aún el papel de principal pilar para el cuidado de los mayores?

R. También sucede en Grecia, y es un fenómeno que va en aumento. La diferencia es sólo el origen de esas mujeres: aquí pueden ser sobre todo latinoamericanas o magrebíes, y allá proceden de Albania, de Filipinas, de Sri Lanka... Por eso insisto en que temáticas como la del envejecimiento y la de las mujeres van juntas en gran parte de los aspectos.

Anna Diamantópoulou, comisaria europea de Trabajo y Asuntos Sociales, en Madrid.MIGUEL GENER

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