Las dolorosas cartas entre una niña palestina y un niño israelí

'Zohar, tú vives en el paraíso comparado conmigo. Yo veo tanques, bombas y tengo miedo de morirme de sed'

Un total de 277 niños -de ellos, 230 palestinos y 47 israelíes- han muerto desde que comenzó la segunda Intifada en septiembre de 2000. Los que no han sido devorados por la maquinaria de la guerra permanecen encerrados en sus casas, esperando que un levantamiento del toque de queda permita a sus padres salir a la calle a comprar comida y demás provisiones. El encierro, los tiros, los saqueos casa por casa y la muerte de sus familiares han producido en estos niños trastornos psicológicos, difíciles de superar en un clima de guerra permanente.

'La violencia debe parar, los tiroteos tienen...

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Un total de 277 niños -de ellos, 230 palestinos y 47 israelíes- han muerto desde que comenzó la segunda Intifada en septiembre de 2000. Los que no han sido devorados por la maquinaria de la guerra permanecen encerrados en sus casas, esperando que un levantamiento del toque de queda permita a sus padres salir a la calle a comprar comida y demás provisiones. El encierro, los tiros, los saqueos casa por casa y la muerte de sus familiares han producido en estos niños trastornos psicológicos, difíciles de superar en un clima de guerra permanente.

'La violencia debe parar, los tiroteos tienen que parar. Estos niños viven bajo una ocupación y se merecen un futuro mejor, un futuro en libertad', declaró ayer a este diario Pierre Poupard, el responsable de Unicef en los territorios ocupados. Alfred Ironside, portavoz de la organización de Naciones Unidas en Nueva York, explica que la situación para los niños israelíes no es mucho mejor. 'Los ataques suicidas siembran el pánico en los niños israelíes', asegura Ironside.

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Zohar, un adolescente israelí, dirime sus diferencias con su amiga palestina de Internet, Tala. 'No te voy a decir que los soldados israelíes sean buenos, porque no lo son, pero hay una razón para la preocupación. La razón son los terroristas palestinos, que vienen a nuestras casas, a nuestras calles, igual que el Ejército israelí va a las vuestras. No hay nada justo en una guerra, así que no hables de humanidad, porque no hay ninguna a nuestro alrededor. Si veo a Arafat en la tele diciendo que han muerto nueve palestinos, no puedo evitar enfadarme y gritar ¡Anoche mataron a 30 israelíes! ¿Eso es humanidad? ¿Ésa es la humanidad palestina? Tu tienes soldados, pero yo tengo terroristas'. Tala le contesta indignada: 'Entiendo que estés enfadado, pero ¿cómo quieres que me sienta después de una semana encerrada en mi casa? Las bombas no me dejan dormir, ayer estuve diez horas escuchando misiles caer, los tanques pasando todo el día por delante de mi casa. Han destrozado los depósitos de agua. Tengo miedo a morirme de sed. Tengo pesadillas en las que veo horribles matanzas en mi ciudad. Sólo en mi bloque, 12 niños han tenido ataques de nervios. Zohar, tú vives en el paraíso comparado conmigo'.

'Los niños necesitan hablar de sus miedos, de los bombardeos y de las matanzas', explica Baha el Shatali, director del instituto Canaan de Nueva Pedagogía en Gaza. El 80% de los padres palestinos piensan que sus hijos padecen problemas psicológicos serios, según Naciones Unidas. 'Ansiedad, falta de concentración, falta de confianza en el futuro y en sus padres, pesadillas y trastornos del sueño son las principales manifestaciones', explica Poupard, quien asegura que estos problemas llevan a su vez a un incremento de la violencia no sólo en las calles, sino también en las casas y en las escuelas. Estas últimas permanecieron abiertas hasta la semana pasada. 'Es imprescindible que se establezca un levantamiento del toque de queda de cinco o seis horas diarias para que los padres puedan salir a comprar comida y los niños vayan al colegio, es la única manera de que puedan hacer una vida normal', asegura el representante de Unicef.

La campaña Vuelta al cole, del año pasado, promovida por el Ministerio de Educación y Naciones Unidas, cosechó un gran éxito. Se consiguió que la gran mayoría de las escuelas permanecieran abiertas y que el 95% de los niños acudieran y pudieran terminar el año escolar. Los profesores trabajaron bajo una consigna, escuchar a los alumnos, para que puedan liberar su ansiedad y sus miedos. En el instituto Canaan y en los campos de refugiados, los psicólogos trabajan con los más pequeños a través de los dibujos. Jabber Jouda tiene 12 años y vive en Gaza. Dibuja un avión militar y aclara que va cargado de bombas. El mes pasado, Jouda vio cómo un avión israelí abría fuego sobre la ciudad de Gaza.

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A pesar del elevado número de muertos producidos en los últimos meses, pocos niños habitan los orfanatos palestinos. 'Cuando matan a sus padres y los detienen, el resto de la familia o los vecinos se hacen cargo. Afortunadamente, hay un gran sentido de la solidaridad en Oriente Próximo', afirma Poupard.

Ayer debía celebrarse el Día del Niño Palestino. Los promotores tenían previsto celebrar actividades lúdicas para el casi millón de niños palestinos entre 6 y 18 años. El toque de queda impuesto a unos 600.000 niños en ciudades como Ramala, Belén, Tulkarén, Kalkilia y Yenín lo impidió.

Una familia palestina se asoma al balcón en Belén, tomada por el Ejército israelí.REUTERS

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