¿Tiene Sharon un plan?
Muchos en Israel se hacen esta pregunta. 'El discurso de Sharon prueba que no sabemos adónde nos dirigimos', declaró el presidente del Parlamento israelí, el laborista Abraham Burg, tras el discurso a la nación de Ariel Sharon el pasado domingo. Burg, como muchos de los comentaristas de la prensa israelí, parece estar convencido de que el primer ministro no tiene claro el objetivo final o que, si lo tiene, es inconfesable 'por el momento'.
Desde el principio, Sharon declaró dos objetivos: acabar con las infraestructuras terroristas y aislar a Yasir Arafat 'por el momento'. Y el primer m...
Muchos en Israel se hacen esta pregunta. 'El discurso de Sharon prueba que no sabemos adónde nos dirigimos', declaró el presidente del Parlamento israelí, el laborista Abraham Burg, tras el discurso a la nación de Ariel Sharon el pasado domingo. Burg, como muchos de los comentaristas de la prensa israelí, parece estar convencido de que el primer ministro no tiene claro el objetivo final o que, si lo tiene, es inconfesable 'por el momento'.
Desde el principio, Sharon declaró dos objetivos: acabar con las infraestructuras terroristas y aislar a Yasir Arafat 'por el momento'. Y el primer ministro insistió mucho en que se incluyeran esas tres palabras en el comunicado del Consejo de Ministros israelí que aprobó la operación militar.
Parece de todo punto exagerado declarar una guerra y movilizar a 20.000 reservistas para inmovilizar a Arafat, algo que, como han señalado los propios palestinos, puede hacerse en media hora y con un simple pelotón de soldados. Además, se pregunta Uzi Benziman en el periódico Ha'aretz 'si Arafat es el enemigo último y total, por qué se ha pedido al Ejército que se limite a aislarle; a los enemigos hay que eliminarlos'.
Así que queda la destrucción de la infraestructura terrorista. Y ahí es donde empiezan las discrepancias. Sharon y los halcones de su Gobierno están convencidos de que con la reocupación podrán limpiar los territorios autónomos de hombres bomba. Sus críticos están convencidos de que la operación militar no va a acabar con el enfrentamiento ni con el terrorismo.
Fábricas de armas
La infraestructura terrorista consiste, según Benziman, 'en unas pocas fábricas de armas, docenas de complejos militares y arsenales (hace tiempo diezmados por la fuerza aérea) y numerosas personas armadas'. En última instancia, la definición alcanzaría a toda la población de Gaza y Cisjordania, unos 3,3 millones de personas, que da el respaldo moral y práctico a quienes Israel llama terroristas, y los palestinos, luchadores por la libertad.
Y, sin embargo, los portavoces del primer ministro israelí, Ariel Sharon, han repetido por activa y por pasiva que no pretenden sustituir a la Autoridad Palestina y quedarse en los territorios autónomos, que su intención es retirarse cuanto antes de las zonas A. ¿Cómo va entonces a llevarse a cabo la erradicación de los actos terroristas?
La operación en curso sólo va a incrementar el resentimiento y la frustración de los palestinos. Una vez que los soldados se retiren, las armas confiscadas serán reemplazadas con facilidad. Y, mientras tanto, cada día aumenta el número de los voluntarios para ajustarse un cinturón de explosivos y saltar por los aires: el arma de los pobres. A no ser que el 'por el momento' se acabe y descubramos que el objetivo de Sharon es expulsar a Arafat de su tierra y empezar una nueva guerra en Oriente Próximo.