Nuevos seísmos dejan a 20.000 personas sin casa en Afganistán

La ayuda humanitaria comienza a llegar la zona devastada

La tierra seguía temblando en Nahrin, en el norte de Afganistán, donde la ayuda humanitaria empezaba a organizarse para socorrer a las miles de personas que se quedaron sin hogar después del seísmo que causó el lunes varios cientos de muertos. El jefe del Gobierno provisional, Hamid Karzai, llegó ayer a la zona desde Kabul e hizo un llamamiento a la comunidad internacional mientras los equipos de urgencia se organizaban en un cuartel general improvisado en Nahrin, una pequeña ciudad situada a 160 kilómetros de la capital afgana, que quedó destrozada por el siniestro.

Las autoridades afg...

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La tierra seguía temblando en Nahrin, en el norte de Afganistán, donde la ayuda humanitaria empezaba a organizarse para socorrer a las miles de personas que se quedaron sin hogar después del seísmo que causó el lunes varios cientos de muertos. El jefe del Gobierno provisional, Hamid Karzai, llegó ayer a la zona desde Kabul e hizo un llamamiento a la comunidad internacional mientras los equipos de urgencia se organizaban en un cuartel general improvisado en Nahrin, una pequeña ciudad situada a 160 kilómetros de la capital afgana, que quedó destrozada por el siniestro.

Las autoridades afganas, la ONU, las tropas internacionales de la ISAF y las ONG se han movilizado para hacer llegar a esta zona de difícil acceso medicamentos, agua, mantas y comida a través de helicópteros o de convoyes terrestres.

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Nahrin, una ciudad agrícola de la provincia de Baglan, al pie del macizo del Hindu Kush, se encuentra en el corazón de la zona destruida; pero otros 30 pueblos, que permanecen incomunicados, también sufrieron los efectos del seísmo. 'Seis quedaron destruidos', anunció la coordinadora de la ONU, Farhana Faruqi, que sobrevoló ayer la región, donde cerca de 20.000 personas se han quedado sin techo.

En la ciudad vieja de Nahrin ni una sola casa permanecía en pie. Como cientos de personas, Ghulam Rabbani esperaba la llegada de la ayuda entre los escombros de lo que fue su comercio. Su hija de cuatro años murió aplastada. 'Lo he perdido todo', señaló. Sin agua potable, sobreviviendo entre las ruinas, los habitantes de Baglan empezaron a enterrar a sus muertos, aterrorizados por los temblores que se repitieron durante toda la jornada de ayer.

La ONU rebajó anoche la cifra de víctimas del terremoto y anunció que murieron entre 800 y 1.200 personas, informa Reuters. Según los primeros cálculos, las víctimas oscilaban entre 2.000 y 5.000.

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ASSOCIATED PRESS

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