Guinovart exhibe una antológica en La Pedrera con dos obras dedicadas a Gaudí

La exposición incluye 60 obras realizadas por el pintor catalán entre 1948 y 2002

Es un trabajador incansable y un artista que se vanagloria de no haber alcanzado nunca el 'éxito total' porque esto le ha permitido, afirma, 'comenzar de nuevo cada día'. Es una sensación que a él le funciona, pero lo cierto es que Josep Guinovart, que cumplirá 75 años el próximo 20 de marzo, tiene una larga trayectoria a sus espaldas, que ahora queda reflejada en la pequeña antológica que hasta el 26 de mayo se presenta en la sala de exposiciones de la Fundació Caixa de Catalunya en Barcelona. Esta sala está situada en La Pedrera y ha provodado que el artista estableciera un diálogo con la ar...

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Es un trabajador incansable y un artista que se vanagloria de no haber alcanzado nunca el 'éxito total' porque esto le ha permitido, afirma, 'comenzar de nuevo cada día'. Es una sensación que a él le funciona, pero lo cierto es que Josep Guinovart, que cumplirá 75 años el próximo 20 de marzo, tiene una larga trayectoria a sus espaldas, que ahora queda reflejada en la pequeña antológica que hasta el 26 de mayo se presenta en la sala de exposiciones de la Fundació Caixa de Catalunya en Barcelona. Esta sala está situada en La Pedrera y ha provodado que el artista estableciera un diálogo con la arquitectura de Gaudí que se refleja en dos instalaciones de carácter escultórico.

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En uno de los patios de entrada a La Pedrera, Guinovart ha situado varias columnas de bidones acoplados y agujereados, entre las cuales el público puede transitar obteniendo diferentes visiones del conjunto. En el interior, su intervención se ha centrado en aislar mediante un habitáculo de madera pintada de azules una de las columnas de Gaudí, que ha convertido en infinita al situar sendos espejos en sus dos extremos. 'Gaudí siempre ha significado muchas cosas para mí, es uno de los artistas que más me han interesado', afirmó ayer Guinovart, para quien 'las vanguardias han llegado a un callejón sin salida porque se han transformado en algo puramente formal. Nos hace falta recuperar la inquietud por el contenido'.

La antológica inaugurada ayer es de pequeño formato y permite atisbar mediante sesenta piezas algunas de las grandes líneas de su trayectoria. Comienza con su etapa realista y en ella destaca un pequeño cuadro, Trigo (1948), en la que ya incoporaba un collage con elementos naturales como el trigo, que después, a partir de los años setenta, serán una constante en su trabajo. Tras un periodo marcado por el realismo mágico y el muralismo social, empezó de forma lenta un camino hacia la abstracción informalista, al que rápidamente incorporó fragmentos de realidad, como en el Collage del caracol (1961), y que tiene sus mejores ejemplos en las piezas de ensamblaje de maderas. También es el momento de sus obras más claramente políticas, realizadas algunas como homenajes a pintores como Picasso o Miró. Siempre fiel a una pintura casi tridimensional mediante la incoporación en sus obras de todo tipo de elementos, en la obra de Guinovart ha sido constante la presencia de la naturaleza, como se aprecia en Agramunt IV (1976), y también de la realidad sociopolítica en los temas, tal como queda patente en una de sus últimas obras, Retablo de Jerusalem (2001). Sus viajes y lugares de residencia también han marcado su trabajo, como en el espectacular altorrelieve Nueva York (1988), en el que resume la fascinación y el dramatismo de esta gran ciudad.

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