UP proyecta pedir nuevas ayudas para las granjas que tienen peste porcina

La peste porcina clásica en Osona ha supuesto ya el sacrificio de 135.413 cabezas de ganado, a las que se sumarán 18.000 en los próximos días. Los sindicatos aún no se atreven a hacer balance, pero creen que, a medio plazo, la epidemia tendrá unos costes importantes para ganaderos e industria agroalimentaria. Para paliar estas pérdidas, Unió de Pagesos (UP), sindicato mayoritario en el sector, se plantea una ampliación de las ayudas y pedir el cobro por el periodo improductivo a que la peste obliga a los ganaderos.

Complicada y negativa, estas son las estimaciones que hace el sector por...

La peste porcina clásica en Osona ha supuesto ya el sacrificio de 135.413 cabezas de ganado, a las que se sumarán 18.000 en los próximos días. Los sindicatos aún no se atreven a hacer balance, pero creen que, a medio plazo, la epidemia tendrá unos costes importantes para ganaderos e industria agroalimentaria. Para paliar estas pérdidas, Unió de Pagesos (UP), sindicato mayoritario en el sector, se plantea una ampliación de las ayudas y pedir el cobro por el periodo improductivo a que la peste obliga a los ganaderos.

Complicada y negativa, estas son las estimaciones que hace el sector porcino de Osona en referencia a la situación después de la aparición de un nuevo foco de peste porcina clásica (PPC), el decimotercero desde el inicio de la epidemia. La impotencia ha vuelto a adueñarse de los ganaderos que ven, pese a sus esfuerzos para evitar la propagación del virus, que éste continúa apareciendo sin orden ni lógica.

Empieza de nuevo la cuenta atrás de los sacrificios en un radio de 1,5 kilómetros alrededor de la última granja afectada y la inmobilización de ganado en unos radios de 3 y 10 kilómetros. Una cuenta atrás 'socialmente y económicamente negativa para los propietarios de la granja, las explotaciones vecinas y para el resto de los ganaderos de la comarca', según Xavier Toneu, de Joves Agricultors de Catalunya.

Hasta que no se dé por erradicada la PPC, no habrá un balance definitivo, pero se prevé que éste tenga costes importantes. Después de la detección del foco en Gurb, la cifra de sacrificios ascenderá a más de 150.000 animales procedentes de 181 granjas. Un centenar de estas explotaciones eran de ciclo cerrado -con madres reproductoras-, lo que implica que el restablecimiento de la producción no se producirá antes de varios años. Por este motivo, UP no descarta pedir una ampliación de las ayudas previstas por la ley. Eudald Senmartí, responsable del sector porcino de Unió Pagesos, cree que 'las ayudas de reposición no van a ser suficientes para los ganaderos de granjas de ciclo cerrado, ya que tardarán entre dos y tres años en salir de la crisis. Una salida posible sería que se aceptase un cobro por periodo improductivo'.

A la expectativa de pedir esta ampliación, los sindicatos confían en que los ganaderos puedan cobrar rápidamente las ayudas establecidas. Por ahora sólo han cobrado el 50% del importe total los propietarios de las granjas sacrificadas durante el mes de diciembre. Este dinero proviene de la Generalitat, que ya ha hecho efectivo el pago del 25% que le corresponde, más un adelanto de la mitad del dinero que tiene que pagar la Unión Europea. El Ministerio de Agricultura aún no ha pagado su parte.

Comportamiento del virus

La situación económica es uno de los dolores de cabeza de los ganaderos, pero hay otro más importante en este momento: vencer en la lucha contra el virus de la PPC. El comportamiento del virus está rompiendo esquemas. Senmartí intenta buscar respuestas al hecho que el virus afecte a granjas tan distantes territorialmente: 'Todos los ganaderos se esfuerzan en aplicar las medidas de bioseguridad, pero estamos hablando de granjas donde hay diferentes especies de animales y el movimiento de personas y vehículos es constante. Esto incrementa el riesgo de contagio'.

Senmartí es contrario a la ampliación del radio de sacrificio decidido por el Departamento de Agricultura. 'Se ha demostrado que el contagio no se debe a una relación de proximidad y, por tanto, la decisión no tiene lógica y sólo contribuye a agravar la situación', precisa el sindicalista.