LA OFENSIVA TERRORISTA

ETA intenta matar a una edil socialista con una bomba oculta en un carrito

La banda hizo estallar más de 20 kilos de dinamita ocultos en un carrito de la compra en Portugalete

ETA intentó asesinar ayer con más de 20 kilos de dinamita escondidos en un carrito de la compra a una concejal del PSE, nueve días después de haber mutilado con una bomba lapa a un dirigente de las Juventudes Socialistas. Esther Cabezudo Martínez, de 56 años, teniente de alcalde de Portugalete (Vizcaya) e histórica sindicalista, y su escolta privado, Iñaki Torres Mediavilla, de 30, salvaron la vida gracias a que los etarras habían orientado el artefacto en la dirección contraria al lugar por el que ambos caminaban. La explosión sólo les causó heridas leves, al igual que a otras tres per...

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ETA intentó asesinar ayer con más de 20 kilos de dinamita escondidos en un carrito de la compra a una concejal del PSE, nueve días después de haber mutilado con una bomba lapa a un dirigente de las Juventudes Socialistas. Esther Cabezudo Martínez, de 56 años, teniente de alcalde de Portugalete (Vizcaya) e histórica sindicalista, y su escolta privado, Iñaki Torres Mediavilla, de 30, salvaron la vida gracias a que los etarras habían orientado el artefacto en la dirección contraria al lugar por el que ambos caminaban. La explosión sólo les causó heridas leves, al igual que a otras tres personas que pasaban por la zona. Los departamentos de Interior de los Gobiernos central y vasco atribuyen sin dudar este nuevo atentado al comando Vizcaya, el más activo con que cuenta actualmente la banda terrorista y el responsable de 11 de los 12 atentados cometidos en España en los últimos tres meses.

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Un total de 45 viviendas de una docena de inmuebles quedaron "gravemente afectadas" por la deflagración, según señaló el alcalde de la localidad, el socialista Mikel Cabieces. Decenas de cristales saltaron en los edificios cercanos, algunos de ellos distantes hasta casi un centenar de metros del lugar de la explosión. Las viviendas más cercanas, especialmente las del inmueble número 11, que tuvo que ser apuntalado por los bomberos, quedaron destrozadas. Unas 25 familias no podrán volver a sus hogares en varios días. El estallido afectó también a las conducciones de gas, lo que obligó a desalojar cuatro edificios, y dañó a numerosos vehículos y comercios de la zona.

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