Reportaje:

Charlando sobre Alatriste

Pérez-Reverte responde en Bilbao a las preguntas de cerca de 300 estudiantes de Secundaria

Arturo Pérez-Reverte es partidario de restar tiempo a las conferencias para dedicarlas a la escritura. Así que, en vez de contestar con una negativa a los colegios que le piden una charla con los alumnos, desde hace cuatro años su editorial invita a los estudiantes de cada provincia a reunirse en un encuentro con el escritor. Ayer le tocó el turno a Bilbao y en la Biblioteca de Bidebarrieta ofició la misma ceremonia que ya le ha llevado a una docena de ciudades para contestar preguntas sobre las novelas protagonizadas por el capitán Alatriste.

Los 300 estudiantes de Secundaria que acudi...

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Arturo Pérez-Reverte es partidario de restar tiempo a las conferencias para dedicarlas a la escritura. Así que, en vez de contestar con una negativa a los colegios que le piden una charla con los alumnos, desde hace cuatro años su editorial invita a los estudiantes de cada provincia a reunirse en un encuentro con el escritor. Ayer le tocó el turno a Bilbao y en la Biblioteca de Bidebarrieta ofició la misma ceremonia que ya le ha llevado a una docena de ciudades para contestar preguntas sobre las novelas protagonizadas por el capitán Alatriste.

Los 300 estudiantes de Secundaria que acudieron a la cita, de seis colegios e ikastolas de Vizcaya, fueron una muestra de lo que Pérez-Reverte considera el público ideal. 'Son los lectores que el escritor aprecia, inocentes, sin mediatizar por la crítica y los medios', aseguró.

Los cuatro libros protagonizados por Alatriste, y el quinto que ya tiene en mente, constituyen un recorrido por la memoria del Siglo de Oro español propuesto por Pérez-Reverte, y en las aulas son utilizados por los profesores para animar a los alumnos a descubrir la literatura, la historia y el arte del siglo XVII.

Tres chicos y una chica, elegidos por sus profesores para representar a sus compañeros de clase, se sentaron junto a Pérez-Reverte y se encargaron de realizar las preguntas. Querían saber por qué eligió ambientar las aventuras del espadachín en una época de decadencia, por qué convirtió a Francisco de Quevedo en un personaje de novela, la influencia de la Inquisición, o por qué no tienen más relevancia las mujeres en las historias de Alatriste.

El escritor contestó con un torrente de palabras que trataban de explicar lo que era España y la vida de sus gentes hace 400 años. Y en cuanto acababa con una respuesta, sin parar ni para beber un trago de agua, pedía más preguntas. Su vehemencia al contestar sólo se quebró ante un estudiante extrañado porque el bueno de sus novelas es un personaje que se dedica a matar a otros por encargo. 'Hay cosas que os diría, pero sois demasiado jóvenes', dijo para cerrar una respuesta inconclusa.

Al comenzar el turno de preguntas de los chicos y chicas del público, Pérez-Reverte dejó de ser el autor de la serie de Alatriste para dejar paso al ex reportero de guerra y el columnista que presume de enemigos. Una alumna de la ikastola Asti-leku, de Portugalete, le reconoció que había llegado 'pensando que eras un capullo'. De cerca, Pérez-Reverte le había hecho cambiar de opinión y aprovechó para preguntarle por qué había escrito que en las ikastolas enseñaban a hacer cócteles molotov. 'Nunca he dicho eso', le aclaró sonriente.

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Fueron preguntas directas, tuteando al escritor y mostrando que en las aulas se entremezclan los lectores que se divierten con cada libro y los que arrastran como pueden la obligación de leer a Alatriste. El único desecuentro entre Pérez-Reverte y su 'público ideal' fue la diferencia de opiniones sobre el atractivo de los adolescentes como personajes literarios. 'No me interesáis nada'.

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