Arenas pacta con sus 'barones' aparcar el debate sobre la UE para 'no dar bazas al nacionalismo'

José María Aznar y la dirección del PP son conscientes de que las opiniones de Manuel Fraga, en este caso sobre el papel de las autonomías en la Unión Europea, son muy relevantes y las comparten muchos de sus dirigentes territoriales. El secretario general del PP, Javier Arenas, se ha afanado en los últimos días para frenar ese debate, incluso lo tuvo que hacer antes del reciente XIV Congreso Nacional del partido. Arenas ha conversado estos días con los principales barones autonómicos del PP y ha pactado con ellos aparcar la discusión hasta que remita la ofensiva nacionalista, en...

José María Aznar y la dirección del PP son conscientes de que las opiniones de Manuel Fraga, en este caso sobre el papel de las autonomías en la Unión Europea, son muy relevantes y las comparten muchos de sus dirigentes territoriales. El secretario general del PP, Javier Arenas, se ha afanado en los últimos días para frenar ese debate, incluso lo tuvo que hacer antes del reciente XIV Congreso Nacional del partido. Arenas ha conversado estos días con los principales barones autonómicos del PP y ha pactado con ellos aparcar la discusión hasta que remita la ofensiva nacionalista, en especial del PNV.

El PP se sumó hace una semana en el Parlamento gallego a una proposición no de ley del PSdeG-PSOE que, además de reiterar la necesidad de revisar el papel de las autonomías en el Senado y Europa, registró una definición de España como un 'Estado plurinacional, plurilingüístico y pluricultural'. El problema para el PP se agravó por la 'inoportunidad' de reabrir el debate sobre el concepto del Estado.

Arenas ha mantenido en estos días conversaciones privadas bilaterales con los principales dirigentes territoriales del partido. Su mensaje, según han confirmado varios de esos barones a EL PAÍS, fue claro: 'Es algo de sentido común que no se puede hablar ni discutir ahora sobre una mayor presencia o capacidad de interlocución de las comunidades autónomas en los órganos de la Unión Europea sin tener muy en cuenta las pretensiones soberanistas y separatistas de los nacionalistas vascos'. Los barones del PP han entendido el argumento y han decidido aplazar la discusión.

Fueron esas razones del 'peligro soberanista de los nacionalistas' las que utilizó Arenas para convencer al secretario general del PP gallego, Jesús Palmou, uno de los hombres de confianza de Fraga, para que suavizara el contenido de sus enmiendas a la ponencia sobre El Estado del siglo XXI en el Congreso Nacional del partido celebrado a finales de enero.

El propio Aznar conversó el miércoles pasado con Fraga para exigirle explicaciones. Arenas habló con Palmou. Fraga y Palmou no se retractataron de sus ideas pero sí apuntaron que se había producido un error de organización en su Grupo Parlamentario, que en el PP achacan al conselleiro Jaime Pita, encargado de las relaciones con el Parlamento.

El PSdeG-PSOE tramitó su enmienda para forzar una posición incoherente del PP gallego con su cúpula nacional o con su trayectoria en el pasado. Los populares gallegos cometieron 'la torpeza política', según algunos dirigentes del PP, de asumir íntegramente el texto de los socialistas y sólo agregaron un párrafo en su enmienda en el que instaban al Gobierno autónomo y al nacional a avanzar sobre el acuerdo parlamentario similar aprobado por unanimidad en 1994 en ese Parlamento.

No hubo tiempo ni capacidad para matizar mejor la postura, aunque se intentó. Fraga, al día siguiente, tras charlar con Aznar, reiteró sus tesis en la primera pregunta de control al Gobierno a la que se ha sometido tras 12 años en el poder. Como había prometido a Aznar, avanzó que no insistirá más hasta después de la presidencia española de la UE.