OPINIÓN DEL LECTOR

Drogodependencias y sinceridad

La creación en el Parlamento de una comisión mixta para el seguimiento del suministro con fines terapéuticos de heroína respalda, ¡ya era hora!, las propuestas de algunos vecinos de la calle Zamácola. Las famosas galletas María no alivian la ansiedad. Efectivamente, conocido el trabajo realizado en Zurich y publicado en la revista The Lancet, (EL PAÍS 27 de octubre-2001), vecinos de Zamácola informaron a diversas asociaciones, grupos políticos del Ayuntamiento de Bilbao e incluso al Gobierno vasco.

Hontza es un centro ubicado lejos de la fuente del problema en contra del criterio...

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La creación en el Parlamento de una comisión mixta para el seguimiento del suministro con fines terapéuticos de heroína respalda, ¡ya era hora!, las propuestas de algunos vecinos de la calle Zamácola. Las famosas galletas María no alivian la ansiedad. Efectivamente, conocido el trabajo realizado en Zurich y publicado en la revista The Lancet, (EL PAÍS 27 de octubre-2001), vecinos de Zamácola informaron a diversas asociaciones, grupos políticos del Ayuntamiento de Bilbao e incluso al Gobierno vasco.

Hontza es un centro ubicado lejos de la fuente del problema en contra del criterio de expertos, en contra, asimismo, de la mayoría de los vecinos; es un centro que sólo tiene dos camas, que hacina en pocos metros cuadrados a unos usuarios que dormitan sobre hamacas de playa y sillones de plástico y a los que les suministra cafés, zumos, jeringuillas y papel de plata. Y así, cada mañana, desde el mismo dintel de la puerta, se inicia ese buscarse la vida que inexorablemente exige: conseguir el dinero, adquirir la droga y buscar con premura un picadero discreto. Y así, ayer, y hoy, y cada día.

Ya es hora, siempre es hora, de debatir con sinceridad. El problema compete a toda la ciudad, no a una sola calle. Los mismos expertos traídos por la dirección vasca de Drogodependencias aseguraron que centros así únicamente tienen sentido ubicados en lugares donde está el tráfico y consumo de drogas. ¿Ignoran las instituciones tales palabras?

La periodista Isabel Ferrer escribía recientemente desde La Haya (EL PAÍS, 6 de febrero): 'Los ayuntamientos de Amsterdam, Rótterdam, Utrecht, La Haya, Groningen y Heerlen abrieron durante el ensayo centros especiales para la dispensación diaria de heroína y metadona a consumir en el mismo recinto. La heroína no estaba contaminada ni mezclada con otros productos y podían administrarse hasta 500 miligramos diarios en un año. Las reacciones del grupo de estudio fueron comparadas con otro similar que sólo tomaba metadona. Al cabo de un año, la salud de los primeros había mejorado hasta ponerse a la altura del ciudadano medio. Si bien los científicos hacen hincapié en las ventajas sanitarias de la dispensación gratuita de heroína, el análisis resalta también la reducción del número de delitos cometidos por el medio millar de voluntarios tratado'.

La cita es clara. La política en Zurich y en los Países Bajos es eficiente. Aquí, en Bilbao, algunos defienden el estado de la limosna, de la lágrima fácil. Otros el estado de bienestar para todos los ciudadanos.

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