Diez jueces abandonan el País Vasco tras el asesinato de Lidón

Ocho plazas quedan desiertas en el primer concurso tras la muerte del magistrado

El asesinato del magistrado José María Lidón, perpetrado por dos pistoleros de ETA el pasado 7 de noviembre cuando salía de su casa en Getxo (Vizcaya) para ir a su trabajo en la Audiencia de Bilbao, ha tenido consecuencias directas en el primer concurso de traslados convocado desde entonces. Diez magistrados abandonarán sus puestos en los tribunales vascos al prosperar su solicitud de cambio de destino a otra comunidad, otros cuatro que lo solicitaron no lo han logrado por no reunir los méritos suficientes y ningún aspirante de fuera de Euskadi ha optado a las diez plazas ofertadas en las tres...

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El asesinato del magistrado José María Lidón, perpetrado por dos pistoleros de ETA el pasado 7 de noviembre cuando salía de su casa en Getxo (Vizcaya) para ir a su trabajo en la Audiencia de Bilbao, ha tenido consecuencias directas en el primer concurso de traslados convocado desde entonces. Diez magistrados abandonarán sus puestos en los tribunales vascos al prosperar su solicitud de cambio de destino a otra comunidad, otros cuatro que lo solicitaron no lo han logrado por no reunir los méritos suficientes y ningún aspirante de fuera de Euskadi ha optado a las diez plazas ofertadas en las tres provincias, según la información publicada ayer por El Correo.

Estos movimientos se han registrado en un colectivo que suma unos 190 jueces y magistrados. Según estimaciones de profesionales de la judicatura, en el conjunto del País Vasco sólo la mitad de los puestos están ocupados por titulares, mientras que el resto son cubiertos por plazos superiores a los seis meses anuales por sustitutos. 'Está avanzando la justicia que no es de carrera', señalan.

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El magistrado del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Juan Luis Ibarra, señaló ayer que quienes ahora deciden marcharse son jueces que estaban asentados y que anteriormente habían optado por un tribunal vasco como destino final de su carrera. 'La pregunta que se están haciendo los que se van a ir en los próximos traslados es ¿merece la pena ser juez en el País Vasco?', explica Ibarra. 'La tenían que haber contestado el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el consejero de Justicia del Gobierno vasco y las asociaciones judiciales'.

Ibarra lamentó que el aluvión de felicitaciones de Navidad -'llenas de mensajes de ánimo y afecto'- que han recibido este año no se hubiera correspondido con un discurso claro de apoyo desde las instituciones, 'que anime a mantener una justicia de calidad'. El magistrado defendió unas medidas 'muy elementales' para arropar la actividad de los jueces ante la amenaza de ETA, como el prometido descanso psicológico o las compensaciones económicas. 'Tuvimos que soportar el anuncio de las subidas de sueldo, pero, al día de la fecha, nuestras nóminas no reflejan ningún cambio', dijo.

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Desde el CGPJ, la cifra de peticiones de traslado no se cree alarmante. El vocal del CGPJ para el País Vasco, Javier Martínez Lázaro, considera que el número de abandonos es 'insuficiente' para hablar de una tendencia, aunque sea 'razonablemente importante'. Martínez Lázaro abogó por esperar la evolución de los datos y coordinar el trabajo entre el CJPJ, el Ministerio de Justicia y el Gobierno vasco.

Nuevos y jóvenes jueces

El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, de EA, confió en que las plazas vacantes se cubran en breve, con 'nuevos y jóvenes profesionales', de forma que no se resienta el funcionamiento de los juzgados. La realidad desmiente el optimismo del consejero: ni hay candidatos ni se espera que se presenten para cubrir las plazas de designación parlamentaria en la Sala de lo Civil y Penal del TSJPV, pese a ser un destino prestigioso, con un salario de 11 millones de pesetas anuales, que sólo afronta unos cuatro casos al año.

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