Margen de seguridad

'La percepción del riesgo existente en la sociedad española [acerca del efecto de las radiaciones electromagnéticas] es actualmente muy alta, por motivos ajenos al factor de riesgo en sí'. Así lo estableció un informe del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación reconociendo uno de los problemas de este área. Precisamente para resolverlo y dar una explicación clara sobre los riesgos de la telefonía móvil, el Ministerio de Sanidad reunió en mayo pasado un comité de expertos. Los resultados de este equipo de especialistas establecían que la exposición a campos de hasta 300 gigaher...

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'La percepción del riesgo existente en la sociedad española [acerca del efecto de las radiaciones electromagnéticas] es actualmente muy alta, por motivos ajenos al factor de riesgo en sí'. Así lo estableció un informe del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación reconociendo uno de los problemas de este área. Precisamente para resolverlo y dar una explicación clara sobre los riesgos de la telefonía móvil, el Ministerio de Sanidad reunió en mayo pasado un comité de expertos. Los resultados de este equipo de especialistas establecían que la exposición a campos de hasta 300 gigahercios de frecuencia 'no ocasiona efectos adversos a la salud'. Esta conclusión, aplicada al colegio público García Quintana, de Valladolid, desbarata la pretendida relación entre los casos de cáncer infantil y las antenas de telefonía de un edificio cercano. De hecho, las antenas de telefonía fija que han generado la polémica emiten a menos de 1 gigahercio y sus niveles de potencia están muy por debajo de los límites establecidos.

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Otro factor a considerar es que, como destaca el Ministerio de Ciencia y Tecnología 'en una antena típica de telefonía, la emisión se efectúa en horizontal. Las emisiones son casi inexistentes en el resto de direcciones (atrás, abajo y arriba)'. Lo normal es que en zonas urbanas las antenas se instalen encima de un edificio, de manera que precisamente los habitantes del inmueble son los menos expuestos a sus ondas. En el caso del García Quintana, las antenas están a unos 46 metros y en altura, por lo que el colegio no se encuentra en el haz de emisión de las antenas.

Además, la potencia de las radiaciones disminuye rápidamente con la distancia. La protección sanitaria está asegurada para una antena aislada 'a partir de unos cinco metros. En el caso de agrupamiento de múltiples sistemas de telefonía [que es la situación que se da cerca del colegio García Quintana de Valladolid], dicha distancia podría incrementarse hasta unos diez metros', continúa explicando el Ministerio de Ciencia y Tecnología en su web.

Estas afirmaciones no son más que una explicación del Real Decreto 1066/2001 del 28 de septiembre. Para elaborarlo se tuvieron en cuenta no sólo a los expertos de sanidad, sino también las recomendaciones del Consejo de la UE. De hecho los límites aprobados en España coinciden con los de Alemania, Reino Unido y Suecia, entre otros, y son más estrictos que los de EE UU.

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