Telefónica revisa su plan de expansión tras el revés de sus últimos proyectos en Europa

El bloqueo de sus operadores de móvil en Alemania e Italia forzará a un cambio de estrategia

Telefónica se repliega en Europa y, aunque nadie quiera hablar de marcha atrás, su plan de expansión diseñado cuando César Alierta accedió a la presidencia va a ser sometido a una profunda revisión debido a los últimos reveses. Quam e Ipse, los proyectos con los que pretendía introducirse en los mercados de telefonía móvil de Alemania e Italia, respectivamente, están paralizados. En Austria y Suiza se han limitado las inversiones, mientras que se da por abandonado el plan de implantación en los países del Este. La alianza con Portugal Telecom tampoco se ha cumplido.

La viabilidad de los...

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Telefónica se repliega en Europa y, aunque nadie quiera hablar de marcha atrás, su plan de expansión diseñado cuando César Alierta accedió a la presidencia va a ser sometido a una profunda revisión debido a los últimos reveses. Quam e Ipse, los proyectos con los que pretendía introducirse en los mercados de telefonía móvil de Alemania e Italia, respectivamente, están paralizados. En Austria y Suiza se han limitado las inversiones, mientras que se da por abandonado el plan de implantación en los países del Este. La alianza con Portugal Telecom tampoco se ha cumplido.

La viabilidad de los ambiciosos planes de expansión anunciados hace más de un año, cuando César Alierta accedió a la presidencia de Telefónica, están en entredicho, y la compañía va a someter a una profunda revisión su estrategia exterior, en particular la que se refiere a Europa. El consejo de administración, que se celebró la pasada semana, trató este asunto y, en particular, las medidas para hacer frente a la paralización de los proyectos de telefonía móvil en Alemania e Italia, afectados por problemas regulatorios y de divergencias entre los socios.

Y es que la voz de alarma se ha desatado con el bloqueo de los proyectos de telefonía móvil en Alemania y en Italia, donde la compañía pagó el pasado año un billón de pesetas (6.000 millones de euros) por hacerse con sendas licencias de tercera generación (UMTS), la que permitirá la transmisión de imágenes y la conexión rápida a Internet a través del móvil.

Bloqueo de DT y Vodafone

En Alemania, Telefónica había conseguido solventar la inexistencia de tecnología para lanzar el UMTS mediante acuerdos con compañías que le permitían salir al mercado operando con la tecnología actual (GSM-GPRS). Pero ha topado con las trabas de Deutsche Telekom (DT) y Vodafone, los mayores operadores de móviles del país, que le han negado la interconexión a su red, impidiendo por tanto la comunicación a los abonados de Quam, la marca bajo la que opera Telefónica en Alemania.

En plena campaña de Navidad, con 50 millones de euros comprometidos en publicidad, Quam ha tenido que anunciar la suspensión temporal de actividades, lo que supone un duro golpe a su imagen de nuevo operador, que será difícil de lavar aunque reinicie las actividades en enero.

Por si fuera poco, Sonera, su aliado en el consorcio Quam, quiere deshacerse de su 42,8%, agobiado por una deuda que supera los 5.200 millones de euros, pero, por el momento, no encuentra comprador. El operador finlandés ya ha dicho que, mientras tanto, restringirá al mínimo sus inversiones fuera de su país.

No es mucho mejor la situación en Italia, donde Telefónica controla el 45,6% del consorcio Ipse 2000, que ganó una de las cinco licencias de UMTS que se subastaron en octubre del año pasado. Las divergencias entre los socios y, en particular con Sonera, Banco di Roma y Fiat, amenazan incluso con dar al traste con el proyecto, en el que Telefónica tenía previsto invertir 3.500 millones de euros (sólo la licencia costó 3.010 millones de euros). Debido a esas diferencias, el consejo de la sociedad no ha podido ni siquiera aprobar el plan financiero pese a que ha discutido y rechazado en las dos últimas reuniones del máximo órgano de gobierno, la última el pasado 29 de noviembre. Ese bloqueo se debe al deseo de la mayor parte de los socios (incluyendo Sonera que posee un 13%) de salir del consorcio.

Tanto en el caso de Alemania como, en especial, en el de Italia, Telefónica podría estar dipuesta a aumentar su participación por encima de la actual, pero pagando un precio mucho menor que el de la inversión original.

Además, en Italia no sólo no le funcionan bien las cosas en el campo de la telefonía móvil. Atlanet, su proyecto para convertirse de la mano de Fiat y de Acea (empresa de servicios del Ayuntamiento de Roma) en el segundo operador de telefonía fija e Internet de la Península, dista mucho de haber cumplido sus objetivos puesto que dos años después de su constitución la mayor parte de sus clientes se circunscriben a Roma y la región de Lazio, frente a sus planes de extensión a todo el territorio italiano.

Austria y Suiza

Dentro de esta revisión, en Austria y Suiza, los otros dos países europeos en los que tiene presencia, Telefónica va a limitar las inversiones hasta que concluya los acuerdos de compartición de red con otros operadores e introducirá fuertes recortes de gastos sobre los planes inicialmente previstos. La compañía da por descartada la prevista expansión por los Estados del Este, que iban a tener precisamente como base estos dos países.

Con estas perspectivas, se considera también muy difícil que la compañía vaya a optar a una de las dos licencias de telefonía móvil UMTS que el Gobierno francés va a volver a convocar, tras rebajar sustancialmente el precio de las concesiones.

Tampoco ha cumplido sus expectativas la alianza estratégica firmada hace un año entre Telefónica y Portugal Telecom que presenta un pobre balance. De los más de diez puntos de los que constaba el acuerdo apenas se ha cumplido el de la ampliación del 4% al 7% de la participación de Telefónica en la operadora lusa (el pacto fija el tope en el 10%).

En la integración de todo el negocio de móvil en Brasil, principal punto de la alianza, se continúa 'trabajando intensamente para obtener el mayor número de sinergías posibles', según fuentes oficiales, aunque los efectos visibles de esa integración son nulos. La sociedad conjunta, llamada a ser la mayor empresa de Brasil, no estará operativa a partir del 1 de enero de 2002, como figuraba en el pacto. Es más, los portugueses han dejado de hablar del traslado de esa alianza al resto de negocios (telefonía fija, Internet y datos), como se dijo en un principio.

Brasil y norte de África

No todo son grises en la estrategia exterior de Telefónica. También hay claros. En particular, en Brasil y Marruecos, territorios de habla no hispana poco propicios en principio, pero donde la operadora española ha conseguido una rápida implantación. En Brasil, la compañía de telefonía fija Telesp ha conseguido eliminar las listas de espera, dos años antes de lo previsto, mientras que las tres operadoras de telefonía móvil (Telesudeste, Teleleste y CRT celular) han logrado 1,1 millones de clientes en el último año, hasta alcanzar los 5,3 millones. En Marruecos, donde Telefónica lidera el consorcio de móviles Médi Telecom, el éxito de gestión se ha visto reflejado en un parque de más de 900.000 clientes , lo que le permitirá cumplir con el objetivo marcado de alcanzar el equilibrio financiero a finales de este año. Ante tal éxito, la compañía estudia implantarse también en Túnez. Tampoco le van mal las cosas en México, donde César Alierta realizó su primera gran operación en el exterior, con la compra a Motorola el pasado año de cuatro operadoras de móviles que han mejorado notablemente su eficiencia en la captación de clientes, hasta los 1,1 millones.

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