Política y técnica

La reacción política en EE UU al anuncio de Advanced Cell Technology (ACT) fue inmediata. Casi todas la voces centraron sus críticas no tanto en la clonación terapéutica (una técnica que goza del beneplácito de gran parte de los científicos y que en el Reino Unido está autorizada incluso con fondos públicos), sino en la posibilidad de que prospere la clonación reproductiva. Aun así, numerosos republicanos dieron ambas técnicas por iguales y prometieron 'hacer lo posible para impedir que prosiga la clonación de seres humanos', como dijo el congresista Richard Shelby. Los demócratas, más cautos,...

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La reacción política en EE UU al anuncio de Advanced Cell Technology (ACT) fue inmediata. Casi todas la voces centraron sus críticas no tanto en la clonación terapéutica (una técnica que goza del beneplácito de gran parte de los científicos y que en el Reino Unido está autorizada incluso con fondos públicos), sino en la posibilidad de que prospere la clonación reproductiva. Aun así, numerosos republicanos dieron ambas técnicas por iguales y prometieron 'hacer lo posible para impedir que prosiga la clonación de seres humanos', como dijo el congresista Richard Shelby. Los demócratas, más cautos, reconocieron estar 'algo desconcertados, aunque creo que el experimento va en una dirección incorrecta', dijo el líder de la mayoría en el Senado, Tom Daschle.

En España, el catedrático de Biología Celular de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Egozcue, destacó los problemas técnicos del anuncio. En primer lugar, razonó Egozcue, porque en ningún momento ACT señala que haya conseguido extraer células madre de los embriones obtenidos en laboratorio. Al parecer, ACT ha conseguido embriones de unos 3 días formados por entre 6 y 8 células. En esas condiciones, señaló el investigador, todavía no se ha formado la llamada masa celular interna, una estructura que suele darse en embriones de cinco días y que resulta imprescindible para la extracción de células madre, al menos, según la técnica desarrollada por James Thompson en la Universidad de Wisconsin en 1998 y que, hasta la fecha, es la que mayores éxitos ha conseguido. En caso de que sí lo hubiera conseguido, agregó Egozcue, quedarían 'graves problemas' por resolver. La obtención de células de distintos tipos continúa siendo 'muy difícil' y el riesgo de que en un tejido quede alguna por diferenciar es 'muy alto'. Este último aspecto es el que se ha visto en experimentos con animales que da lugar a la aparición de distintas formas de tumores. Finalmente, Egozcue señaló que para dar cualquiera de estos pasos hay que destruir el embrión, lo cual genera un problema ético de enorme calado.

A este respecto, el ex presidente del CSIC Emilio Muñoz indicó que había un aspecto especialmente alentador en el experimento de Massachussets. 'Lo importante es que no han recurrido a embriones tradicionales. No ha habido implantación en el útero de una mujer. Es casi un experimento de laboratorio', explicó Muñoz, aunque este biólogo molecular vaticinó que habrá inmediatamente 'quien ponga el grito en el cielo'.

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