CARTAS AL DIRECTOR

La seducción del exotismo

Como asidua lectora de su diario, me han sorprendido algunos deslices culturales de su enviado especial a Marruecos (Internacional, 3 de noviembre de 2001), con motivo de la visita de Mohamed VI a El Aaiún. En concreto, un párrafo: 'El monarca, vestido con la chilaba blanca de Comendador de los Creyentes, montaba ahora un nervioso caballo negro enjaezado en oro. Un esclavo sujetaba una sombrilla sobre su cabeza (...)'.

Debido seguramente a la rapidez que exige el trabajo de cronista, el redactor no pudo contrastar sus afirmaciones, pues la chilaba blanca de Comendador de los Creyentes e...

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Como asidua lectora de su diario, me han sorprendido algunos deslices culturales de su enviado especial a Marruecos (Internacional, 3 de noviembre de 2001), con motivo de la visita de Mohamed VI a El Aaiún. En concreto, un párrafo: 'El monarca, vestido con la chilaba blanca de Comendador de los Creyentes, montaba ahora un nervioso caballo negro enjaezado en oro. Un esclavo sujetaba una sombrilla sobre su cabeza (...)'.

Debido seguramente a la rapidez que exige el trabajo de cronista, el redactor no pudo contrastar sus afirmaciones, pues la chilaba blanca de Comendador de los Creyentes es una chilaba común y corriente, que cualquier hijo de vecino puede comprar en el zoco por aproximadamente cuatro euros, aunque la del rey, obviamente, será de mejor calidad.

Y supongo que se habrá asegurado de que eran de oro los jaeces del caballo; a lo mejor sólo tenían un pequeño baño o estaban trenzados con hilo dorado, ese con el que se bordan los atuendos eclesiásticos o los uniformes militares de gala aquí en España.

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Supongo también que a nadie se le ocurriría calificar de 'esclavo' a Martin Luther King o a Colin Powell por descender de los africanos llevados a la fuerza a EE UU hace muchos años; tampoco procede, pues, describir como 'esclavos' a los miembros del servicio asignado al palacio real para atender el protocolo tradicional, muchos de los cuales, efectivamente, son descendientes de esclavos (abid). La esclavitud en Marruecos, por fortuna, fue abolida hace tiempo.

Por último, creo que la descripción del gesto de sujetar una sombrilla sobre la cabeza del soberano para protegerlo del sol, aunque no tenía ninguna connotación especial por parte del periodista, era redundante, pues ya venía una foto ilustrando el texto.

A mí me sugiere la imagen de los ministros de la UE, descendiendo de los coches oficiales en Bruselas, cuando cae un chaparrón, y algún guardaespaldas o miembro del servicio de seguridad los resguarda con un paraguas. Cosas del protocolo, digo yo, porque lo podrían sujetar ellos mismos. Nunca he visto descrito este gesto en los diarios.

En fin, ironías aparte, en los tiempos que corren, y con lo que está cayendo en el mundo, yo, modestamente, y como trabajadora de las palabras, recomendaría a la prensa no crear inútiles conflictos de ignorancia por el mal uso de éstas.

En mi profesión, a esos deslices culturales los llamaríamos, más o menos, 'la inevitable seducción del exotismo', típica de los escritores y traductores poscoloniales, pero no de los periodistas de hoy, cuya misión es informar al ciudadano.

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