ESCÁNDALO FINANCIERO

El supervisor de la CNMV admite que en abril de 1999 se propuso la intervención

Botella reconoce que un certificado falso salvó a Gescartera

Antonio Botella, actual director de Supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, se presentó ayer como otra víctima de los engaños de Antonio Camacho, el dueño de Gescartera. Admitió que dio por bueno un certificado falso de La Caixa de noviembre de 1999 que localizaba el dinero de Gescartera en tres cheques de la sociedad HARI-2000 por casi 4.000 millones. Botella admitió que en el consejo del 16 de abril de 1999 se propuso la intervención. Con esta declaración desmiente la versión de la ex presidenta de la CNMV, Pilar Valiente.

Botella admitió ante los diputados que no ...

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Antonio Botella, actual director de Supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, se presentó ayer como otra víctima de los engaños de Antonio Camacho, el dueño de Gescartera. Admitió que dio por bueno un certificado falso de La Caixa de noviembre de 1999 que localizaba el dinero de Gescartera en tres cheques de la sociedad HARI-2000 por casi 4.000 millones. Botella admitió que en el consejo del 16 de abril de 1999 se propuso la intervención. Con esta declaración desmiente la versión de la ex presidenta de la CNMV, Pilar Valiente.

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Botella admitió ante los diputados que no pidió comprobación de los certificados pese a que sabía que se 'había propuesto la intervención' de Gescartera con anterioridad. Botella se hizo cargo de la investigación de Gescartera en la segunda quincena de julio de 1999 y ya conocía el intento de intervención de Gescartera, frustrado por el consejo de la CNMV. A una pregunta del diputado del PNV Pedro Azpiazu, respondió que sí 'sabía que se había propuesto la intervención'. Acto seguido intentó dar marcha atrás y apostilló: 'No sé si se habló o no. Sabía que había un consejo extraordinario y que era para adoptar medidas'.

Entre agosto y septiembre de 1999, Botella se ocupó de saber si los 4.500 millones de 'descuadre' de Gescartera se iban a destinar a una Sivac (un fondo de inversión) de Luxemburgo. Antes del 23 de septiembre, fecha límite para suscribir la Sicav, el HSBC (Hong Kong and Shangai Banking Corporation) les comunica que no habría tal Sicav.

Botella explicó que tuvo una discusión 'muy fuerte' con Camacho para que aportara documentación de dónde estaba el dinero. En noviembre recibió un certificado que acreditaba que el dinero se había ingresado en una oficina de La Caixa en Majadahonda mediante tres cheques de una empresa, Hari 2000, que suman 4.000 millones.

Botella nunca preguntó ni investigó si este certificado era falso, según admitió ayer. Después, la CNMV pidió a Gescartera que desglosara esos 4.000 millones entre los distintos clientes. Y, curiosamente, al depositante de los 4.000 millones -Hari 2000- sólo le correspondía en ese reparto 9,9 millones. Los diputados le preguntaron si eso no le llamó la atención. Respondió que no tenía por qué mirar cuál era el desglose por clientes.

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Ese hallazgo del dinero y su desglose por clientes sirvió a Botella para hacer un informe en el que daba por solucionados los problemas de Gescartera. Después fue transformada en agencia de valores y, en mayo de este año, la CNMV volvió a pedir información a La Caixa por dónde estaban los famosos 4.000 millones. Y el certificado del 25 de mayo, según Botella, despertó las alarmas que desembocaron en la intervención.

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