El PSN reabre la pugna con el Gobierno navarro sobre los residuos cárnicos

La Mancomunidad de Pamplona amaga con dejar su gestión

El fracaso de todas las fórmulas ensayadas para eliminar los residuos animales prohibidos (restos MER) acumulados en Navarra desde que comenzó la crisis de las vacas locas ha llevado al presidente de la Mancomunidad de Pamplona, el socialista Javier Iturbe, a anunciar que abandonará en manos del Gobierno foral la gestión de los mismos si en los próximos días no se alcanza una solución definitiva. Camiones frigoríficos alquilados por la Mancomunidad almacenan en distintos puntos de Navarra cerca de 1.300 toneladas de residuos cárnicos destinados a la incineración.

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El fracaso de todas las fórmulas ensayadas para eliminar los residuos animales prohibidos (restos MER) acumulados en Navarra desde que comenzó la crisis de las vacas locas ha llevado al presidente de la Mancomunidad de Pamplona, el socialista Javier Iturbe, a anunciar que abandonará en manos del Gobierno foral la gestión de los mismos si en los próximos días no se alcanza una solución definitiva. Camiones frigoríficos alquilados por la Mancomunidad almacenan en distintos puntos de Navarra cerca de 1.300 toneladas de residuos cárnicos destinados a la incineración.

El hallazgo de piezas metálicas y restos de aluminio en dos de los camiones enviados a la empresa García Mendoza de Ortuella ha paralizado el acuerdo suscrito en verano entre las instituciones navarras y esa firma para incinerar los restos, última vía explorada por la entidad supramunicipal para eliminar unos residuos cuyo enterramiento en vertederos controlados siempre ha rechazado.

El acuerdo se tradujo en un convenio por el que el Gobierno regionalista, que siempre ha defendido el enterramiento de las harinas cárnicas, aceptaba pagar el 85% del coste de su recogida, transformación y eliminación en Euskadi y la Mancomunidad se comprometió a gestionar el proceso este año.

Iturbe subrayó ayer que está negociando un nuevo acuerdo con el Ejecutivo que permita el traslado a Ortuella de los restos en fresco, sin ser sometidos antes a un proceso que los deje inertes. Según el responsabvle de la Mancomunidad, las harinas navarras se incorporan en mitad del proceso de eliminación diseñado por la compañía vizcaína, lo cual ha causado problemas y retrasos en el proceso.

Si esta opción, más cara, también fracasa, Iturbe anunció que abandonará la gestión de las harinas y cederá la responsabilidad al Gobierno de UPN. 'Ya es hora de que la asuman', ha indicado.

Planta propia

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El Ejecutivo de Miguel Sanz siempre ha rechazado tal responsabilidad, que deja en manos de la Mancomunidad al tratarse de restos legalmente asimilables a basuras urbanas. Además, UPN sacó a concurso la construcción de una planta incineradora propia para Navarra y no ocultó las posibilidades de negocio que brindaba la puesta en marcha de una industria semejante.

La firma Tratamientos MER, filial del matadero pamplonés que convierte en harina los cadáveres bovinos, se adjudicó las obras. Más de la mitad de la población de Pitillas, localidad en que se prevé ubicar los hornos, rechaza el proyecto y pide una moratoria. Los socialsitas han presentado una iniciativa legislativa para prohibir su construcción hasta que no se estudie con detalle el sistema más idóneo para eliminar las harinas cárnicas.

Iturbe, también portavoz del PSN en el Ayuntamiento de Pamplona, no ha querido pronunciarse sobre la posibilidad de que la aparición de restos metálicos en los envíos a Ortuella se deba a un sabotaje, aunque ayer matizó que dicha firma ha eliminado ya cien toneladas de restos cárnicos de Navarra y que los camiones que almacenan los demás 'no representan ningún peligro para la salud pública porque están controlados'.

La empresa vizcaína mantiene un absoluto mutismo sobre lo sucedido.

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