Peres anuncia su deseo de abandonar el Gobierno de Sharon

El veto del líder israelí a un encuentro con Arafat pone en peligro el apoyo árabe a Bush

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simón Peres, ha anunciado su intención de abandonar el Gobierno del general Ariel Sharon en represalia por la suspensión de la cumbre con Yasir Arafat, prevista para ayer en el aeropuerto internacional de Gaza. La crisis originada por Israel tras la cancelación de la reunión amenaza con torpedear los esfuerzos de Estados Unidos para reclutar países árabes moderados en su coalición contra el terrorismo.

El primer ministro, Ariel Sharon, presionado por la derecha ultranacionalista y los partidos religiosos que han amenazado con abandonar el gobie...

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El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simón Peres, ha anunciado su intención de abandonar el Gobierno del general Ariel Sharon en represalia por la suspensión de la cumbre con Yasir Arafat, prevista para ayer en el aeropuerto internacional de Gaza. La crisis originada por Israel tras la cancelación de la reunión amenaza con torpedear los esfuerzos de Estados Unidos para reclutar países árabes moderados en su coalición contra el terrorismo.

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El primer ministro, Ariel Sharon, presionado por la derecha ultranacionalista y los partidos religiosos que han amenazado con abandonar el gobierno de Unidad Nacional, suspendió ayer en el último minuto la cumbre prevista entre su ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, y el presidente palestino, Yasir Arafat, en la que se debía buscar la vuelta del proceso de paz.

La suspensión de la cumbre ha supuesto un duro revés para los proyectos diplomáticos y bélicos de Estados Unidos, que estaba muy interesado en esta reunión para convencer con ella a los países árabes moderados de que acepten participar en la coalición contra el terrorismo y bendigan a continuación una acción militar contra el Gobierno de los talibán.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, insistió ayer enérgicamente ante el Gobierno de Israel para que se celebre urgentemente esta reunión con los palestinos.

Pero la cancelación de la reunión amenaza además con abrir una grave crisis en el Gobierno de Sharon, constituido el pasado mes de febrero: el ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, abanderado del proceso de paz en el Gobierno, anunció ayer en una reunión con los ministros laboristas del Gobierno su intención de abandonar el gabinete y tomarse unos 'meses de vacaciones'. Los siete ministros laboristas lograron convencerlo para que se quede por el momento y trate de resolver el conflicto con el primer ministro, en una reunión prevista para las próximas horas.

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'Si ellos [los americanos] no se hablan con Bin Laden, por qué tenemos nosotros que ir a hablar con nuestro Bin Laden local', espetaba ayer el ministro de Trabajo y Sanidad, Slomo Beizri, uno de los líderes más intransigentes del partido ultranacionalista religioso sefardí Shas, justificando así su oposición al encuentro y su rechazo a las presiones de la Casa Blanca.

Sharon, lejos de reconocer las presiones de los ultraortodoxos y los radicales nacionalistas, buscaba ayer excusas para justificar el veto y aseguraba públicamente que no se opone 'por principio' al encuentro Peres-Arafat, sino que simplemente quiere que se cumpla el requisito previo exigido para esta reunión: un alto el fuego absoluto durante 48 horas.

A esta exigencia, Israel añadió ayer dos nuevas: los arrestos y la entrega de Hatem Abayad, un dirigente de Al Fatah de Belén acusado del asesinato de una mujer colona el pasado jueves, y del dirigente de los Tanzim, Marwan Barghuti.

Ariel Sharon, ayer, en la reunión de su Gobierno. A su derecha, la silla que suele ocupar Simon Peres.ASSOCIATED PRESS

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