La Comunidad inicia la reforma del entorno de la Universidad Cisneriana de Alcalá

La obra sacará parte del tráfico rodado de todo el perímetro de la plaza de San Diego

Las máquinas levantan estos días las calzadas anejas a la plaza de San Diego, antesala de la Universidad Cisneriana, la joya monumental del casco histórico de Alcalá, declarado Patrimonio Mundial en 1998. Así se rompe la cadena de retrasos que acumulaba este proyecto de reforma, presentado en la anterior legislatura. Cuando terminen estas obras, en enero de 2002, los 5.475 metros cuadrados que abarca esta actuación de la Comunidad habrán cambiado totalmente de aspecto. La reforma, presupuestada en 90 millones de pesetas, sacará a los coches, sumará colores al gris del granito y el verde de los...

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Las máquinas levantan estos días las calzadas anejas a la plaza de San Diego, antesala de la Universidad Cisneriana, la joya monumental del casco histórico de Alcalá, declarado Patrimonio Mundial en 1998. Así se rompe la cadena de retrasos que acumulaba este proyecto de reforma, presentado en la anterior legislatura. Cuando terminen estas obras, en enero de 2002, los 5.475 metros cuadrados que abarca esta actuación de la Comunidad habrán cambiado totalmente de aspecto. La reforma, presupuestada en 90 millones de pesetas, sacará a los coches, sumará colores al gris del granito y el verde de los jardines e introducirá el agua, con una fuente con ecos árabes, en esta plaza renacentista.

El proyecto inicial convertía para uso exclusivo de peatones las calles de Pedro Gumiel y de San Pedro y San Pablo, que circundan parte de la plaza de San Diego. La Comunidad tiene previsto asimilarlas a la plaza, pavimentándolas con las mismas losas de granito gris. Pero el plan definitivo que tiene el Ayuntamiento para cerrar al tráfico todo el casco antiguo contempla estas calles como de uso restringido: sólo podrán entrar coches de residentes, carga y descarga -hay un hotel y la central de Correos- y quizás vehículos en las grandes ocasiones, como el Premio Cervantes, que cada año entregan los Reyes en el Paraninfo de la Cisneriana.

La misma calificación, pero con un pavimento diferenciado en la calzada, tendrá la calle Bustamante de la Cámara. 'Aún con uso restringido, la expulsión de los coches, con la supresión de las 60 plazas de aparcamiento que acogen estas tres calles, tendrá un gran impacto visual', opina el arquitecto del Ayuntamiento de Alcalá, Cristóbal Vallhonrat, coautor del proyecto junto a Guillermo de la Calzada, de la Comunidad. El entorno de la Cisneriana no será el único que se quede sin coches, pues el Ayuntamiento quiere cerrar al tráfico toda la ciudad antigua.

La primera voz que sugirió la reforma de esta plaza, tras 40 años sin un cambio, fue la Universidad de Alcalá, que tiene en la Cisneriana la sede de su rectorado. Encargó un boceto al prestigioso arquitecto italiano Giorgio Lombardi y se lo entregó al Ayuntamiento. Generó polémica, porque contemplaba quitar la docena de grandes cedros plantados frente a la fachada plateresca de la Cisneriana en los años sesenta, para facilitar su contemplación. Cuando se presentó el proyecto actual, en 1999, se hizo una encuesta sobre la conservación de los cedros. Las opiniones de los vecinos estuvieron divididas casi al 50%.

Césped por hiedra

El proyecto actual conserva los cedros, argumentando que la fachada fue construida para ser contemplada desde un lateral o la calle central, pues donde están las grandes coníferas, había antes dos colegios universitarios. La reforma recordará esta circunstancia dibujando los colegios sobre el pavimento. Sustituirá por hiedra el césped donde se sientan los estudiantes a la sombra de los cedros y la cercará con unos setos de hoja roja y un perímetro de baldosas del mismo color. Las puertas serán sendos cuadrantes de Lingium espartum, una gramínea. Los estudiantes podrán sentarse en los bancos de piedra que se situarán en las esquinas de los antiguos colegios.

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No se conservarán los olmos que corren paralelos a los cuarteles del Príncipe y Lepanto, que un día serán desocupados por los militares y tomados por la Universidad. El proyecto los sustituye por una hilera de tilos, una especie más pequeña de árbol, y a sus pies dibuja una lámina de agua con tres surtidores. La estatua del Cardenal Cisneros, fundador de la Universidad de Alcalá, se mudará a su cabecera, proporcionando una nueva explicación a los guías turísticos: Cisneros era franciscano en el convento de San Diego (los actuales cuarteles) y de allí partió el día que puso la primera piedra de la Universidad.

Se ha caído del proyecto original la reproducción del arco de ladrillo que en tiempos de Cisneros daba entrada a la calle Pedro Gumiel. Para indicar dónde estaba, se dibujará un boceto en el pavimento del suelo.

Más suelos grises y rojos y un auditorio a la sombra de una torre

La de la plaza de San Diego no es la única obra con que se topan estos días los viandantes en el casco histórico de Alcalá. La Comunidad está reformando además el entorno de la Facultad de Económicas, que también pasará a ser de uso exclusivo para peatones. Los trabajos, adjudicados por 53 millones de pesetas, concluirán en enero. Se eliminarán las calzadas de las calles Victoria y Seises y en el pavimento que se mezclará la baldosa de cerámica roja y la piedra caliza blanca. El suelo de la plaza de la Victoria seguirá siendo de granito gris, ya que las calles pertenecen al trazado medieval de la ciudad, mientras que la plaza es barroca, y la Comunidad de Madrid quiere señalar la diferencia de época. Gris y rojo serán en el futuro los dos colores del suelo de la ciudad antigua complutense. Del rojo es ejemplo la plaza de Atilano Casado, reformada durante el anterior mandato municipal. Del gris, la calle Imagen, que el Ayuntamiento pavimenta estos días, invirtiendo 27 millones. También quedan por venir obras importantes para la fisonomía de este conjunto histórico. Entre ellas está la del auditorio del Huerto de los Leones, la zona verde situada tras la catedral, a la sombra de su torre. El Ayuntamiento y la Unesco convocaron a las arquitectas de la cuenca mediterránea a un concurso de ideas, del que ha resultado ganadora la sevillana Blanca Sánchez Lara. Sánchez propone la creación de un auditorio descubierto y de ángulos rectos, con capacidad para 800 personas. En sus laterales, tres pabellones rectangulares acristalados que acogerán una cafetería, los camerinos y servicios y una zona de juegos para niños. Lo pavimentado supera a lo verde. En el perímetro del Huerto, Sánchez dibuja pequeños jardines de hierbas aromáticas, con trepadoras cubriendo las feas medianeras que lo circundan. El premio incluye un millón y medio de pesetas y la dirección de la obra, que el Ayuntamiento de Alcalá meterá en los presupuestos de 2002, según el alcalde, Manuel Peinado (PSOE). El Huerto ya acoge actuaciones en las noches estivales, pero con infraestructura móvil. El Consistorio ha convocado otro concurso de ideas para ordenar la manzana del Palacio de los Casado y restaurar este edificio, en el que está previsto construir un museo dedicado al castellano. Se fallará en octubre y ya hay 160 arquitectos que han retirado solicitudes. El casco histórico de Alcalá está en un momento de transición, son muchos los cambios que se dibujan en el horizonte: su cierre al tráfico, la marcha de los militares de los cuarteles del Príncipe y Lepanto, que triplican en superficie a su plaza central, la de Cervantes; la construcción de un Parador en su antigua cárcel de mujeres, o la de un centro comercial en el hoy aparcamiento en superficie de La Paloma.

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