Vergüenza ajena

Al señor Ruiz-Galladón, en una carta con fecha del mes de mayo, le comunicábamos con todo respeto -diciéndole que le considerábamos persona dialogante y bastante ecuánime y sensible para resolver ciertos problemas - en particular el de este colectivo de represaliados que llevan muchos años esperando ser reconocido moral, económica y políticamente. También le informábamos de que no permitiríamos ser humillados, discriminados y que lo denunciaríamos con todos los medios y fuerza que tengamos.

'La vergonzosa y mísera limosna que usted y sus compañeros de partido están dando a personas dign...

Al señor Ruiz-Galladón, en una carta con fecha del mes de mayo, le comunicábamos con todo respeto -diciéndole que le considerábamos persona dialogante y bastante ecuánime y sensible para resolver ciertos problemas - en particular el de este colectivo de represaliados que llevan muchos años esperando ser reconocido moral, económica y políticamente. También le informábamos de que no permitiríamos ser humillados, discriminados y que lo denunciaríamos con todos los medios y fuerza que tengamos.

'La vergonzosa y mísera limosna que usted y sus compañeros de partido están dando a personas dignas de respeto, hombres y mujeres que lucharon, fueron torturados por la policía, algunos con penas de muerte, que pasaron los mejores meses o años de su vida en la cárcel, que lo dieron todo sin pedir nada a cambio, solo la paz, la libertad y la democracia, y ustedes les pagan 33.800 pesetas por año o año y medio de prisión, lo que supone aproximadamente de 70 a 80 pesetas diarias', decíamos.

No entramos en si los compañeros navarros y asturianos cobraron, como mínimo, 600.000 pesetas por un año y cerca del millón por los tres. Tampoco entramos en si los catalanes están cobrando desde un mes de prisión y cantidades muy superiores.Tampoco entramos, aunque es totalmente cierto, que los familiares de Melitón Manzanas cobraron millones.

Al señor Ruiz-Gallardón queramos decirle en el sentido crítico: 'que lo que ustedes están haciendo es la más grave injusticia, pues da la impresión de que con alevosía y premeditación aprovechan los mesas de verano para que todo pase en silencio. Silencio que nosotros intentaremos que no sea así, pues seguiremos defendiendo nuestros derechos de humanidad y justicia que corresponda.